La banda de rock nacional se presentó el jueves por la noche en UMMA. Con dos horas de show repasaron gran parte de su repertorio. Cientos de fanáticos se acercaron al local desde temprano.
La avenida Maipú volvió a ser, esta semana, escenario del rock nacional. Tal como ocurrió en 2016, La Beriso regresó a la tierra colorada e hizo resonar la capital misionera con sus clásicos. Adolescentes y adultos llegaron a la cita de forma puntual. A las 20:30hs se abrieron las vallas que conducían a los fanáticos al predio de UMMA para ver a “la nueva esperanza del rock callejero”, como los describió la revista Rolling Stone en 2014.
Al grito de “La Beriso”, cientos de fanáticos pedían por la aparición de los músicos en escena. Las luces se apagaron, el reloj marcó 21:47 y Rolando Sartorio, Yamil López, Ezequiel Bolli, Javier Pandolfi, Emiliano Mansilla, Conde Kung y Pablo Puntoriero salieron para dar uno de los shows que quedará para siempre en la memoria de los misioneros.
Con lentes de sol, sombrero negro, una camisa roja y gris atada a la cintura y cadenas colgadas en los bolsillos del jean, el cantante agarró el micrófono, decorado con una granada de plata. De inmediato entonó las primeras estrofas de ‘Lo olvidó’, la canción que dio inicio a las dos horas del recital.
Un agradecimiento sin palabras
Los aplausos y la melodía iban a tono con la iluminación violeta reflejada en el escenario. Desde la platea, las voces acompañaban la voz del artista. Desde el campo, el pogo daba sus primeros saltos al ritmo de Imaginate. Mientras, el bajista, Ezequiel Bolli impulsaba la turba con sus manos.
Para las 22:00hs la emoción convocó las primera lágrimas. Al ritmo de Todo cambia, la banda, oriunda de Avellaneda, homenajeó a Mercedes Sosa con su icónico tema. Combinó la magia de los solos y arpegios nacionales. Tras finalizar la melodía, Sartorio pronunció las primeras palabras: “Buenas noches, Posadas”.
El clamor resonó y el cantante agarró la guitarra y, junto a la banda, ejecutó los primeros acordes de ‘Otra noche más’. El final del tema daría inicio al ímpetu total. Pasadas las 22:15hs interpretaron una de las canciones más esperadas de la noche: Cómo olvidarme. Con el solo excepcional de López y el acompañamiento de teclado de “El Conde”, Sartorio agradeció al público a su manera. Un beso y la mano en el corazón bastaron.
“Gracias Posadas por el cariño”
“Olé, olé, olé, Rolo”, aclamaban las voces mientras el brillo de las miradas se combinaban con la iluminación de los celulares, que capturaron el momento. La banda tocó ‘Tan sola’, uno de los temas que dejó relucir el arte musical de todos sus miembros. La armonía de las coristas y los punteos icónicos de la primera y segunda guitarra hicieron que el cantante se sentara en el escenario y contemplara la formación. La canción finalizó y Rolo volvió a hablar al público.
“Gracias por recibirnos. Gracias Posadas por el cariño. Ha venido gente de Paraguay y alrededores. Muchas gracias por el cariño. Espero disfruten“, pronunció el artista y el show continuó. La guitarra criolla volvió para que suene un clásico: Sobreviviendo.
Con la vehemencia de la multitud a flor de piel, el cantante presentó a los músicos. La primera fue Natalia Castelli, corista de la banda quien, con su musicalidad vocal dio lugar a Yamil López, Pablo Puntoriero y Conde Kung. Luego, por unos minutos, el grupo abandonó el escenario y los redoblantes y las baquetas de Javier Pandolfi se apoderaron de la escena.
Un baile y un adiós
Tras unos minutos, Rolo volvió y presentó al resto de la banda. Ezequiel Bolli y Emiliano Mansilla fueron los responsables de rasguear la melodía inicial de una de las canciones más esperadas de la velada: Madrugada. Con unos pasos de baile que combinaron el estilo de Mick Jagger e Iggy Pop en sus mejores años, Sartorio interpretó Perdóname y Traicionero.
Cerca de las 23.30hs la banda marcó el final de la velada. Las coristas sacaron a relucir sus voces con una combinación acertada de ‘Ella’ y Rolling in the Deep, de Adele. Las manos de los músicos se entrelazaron y el adiós fue una realidad. Al grito de ‘No nos vamos nada”, los fanáticos se despidieron de la banda a la espera de un próximo recital en la tierra sin mal.
