El sumo pontífice abordó la guerra en la Franja de Gaza e Israel. “Ellos han tenido la valentía de abrazarse y esto no solo es valentía, sino ejemplo de querer la paz, es un proyecto de futuro, abrazarse”, celebró. Francisco reunió a más de 12 mil personas en el anfiteatro de Verona.
El papa Francisco abrazó este sábado a un israelí y un palestino que perdieron a sus familiares en la actual guerra, que tachó de “derrota histórica“, durante un acto por la paz en la ciudad italiana de Verona. Entre los testimonios escuchados, destacó el caso del israelí Maoz Inon, que perdió a sus padres a manos de Hamás y el del palestino Aziz Sarah, cuyo hermano fue asesinado por las tropas de Israel.

Ambos hablaron ante el papa y declararon haberse unido por “el dolor y el sufrimiento” que experimentaron. El encuentro provocó que todos los asistentes del anfiteatro aplaudieran, también el propio papa a pesar de sus problemas de movilidad.
Francisco después abrazó a ambos: “Creo que ante al sufrimiento de estos dos hermanos, que es el sufrimiento de dos pueblos, no se puede decir nada“, afirmó. Además agregó que ellos tuvieron la valentía de abrazarse y “esto no solo es valentía, sino ejemplo de querer la paz, es un proyecto de futuro, abrazarse“, celebró.
El papa pidió guardar silencio y rezar por la paz, especialmente por los niños y los ancianos, no solo de Tierra Santa sino también de Ucrania. “Pensemos en los ancianos que trabajaron toda la vida para sacar adelante estos dos países y ahora ven esta derrota, una derrota histórica y de todos nosotros“, reflexionó.
Solicitó a los presentes que recen por la paz y “que estos dos hermanos lleven este deseo nuestro y la voluntad de trabajar por la paz a sus pueblos“.
El sumo pontífice reunió a unas 12.500 personas en el famoso anfiteatro romano veronés, la Arena. En el evento, abordó la guerra en la Franja de Gaza e Israel tras el ataque de los islamistas de Hamás del 7 de octubre.

Esperanza de paz para los pueblos
Por otra parte, el papa llamó a los asistentes a “sembrar esperanza“. Dijo estar cada vez más convencido de que el futuro de la humanidad no solo está en manos de los líderes y de las grandes potencias, “sino también en las manos de los pueblos y en su capacidad de organizarse” y “cambiar“.
Francisco dijo que se respira “cansancio en el aire” de las sociedades y advirtió que “la paz no se inventa de un día para el otro, sino que debe ser cuidada“. Por este motivo, tachó de “delito grave” que en el mundo actual no se cuide la paz.
También denunció la situación de los niños y niñas obligados a trabajar como esclavos para ganarse la vida. “Nunca han tenido un juguete y trabajan en vertederos buscando cosas que vender“, lamentó.
“¿De quién es la culpa? ¿Del mal tiempo? No, es nuestra. Todos somos responsables de todos”, analizó. En la misma línea, aseguró que “hoy podríamos dar a muchos el Premio Nobel de Poncio Pilato porque somos maestros en lavarnos las manos“.
La amenaza del individualismo
En su discurso, también lamentó que el individualismo amenaza con “acabar con la dimensión de la comunidad” y eso, dijo, implica “consecuencias en la idea de autoridad“.
“Quien ejerce roles de responsabilidad en una institución política o una empresa o una asociación social corre el riesgo de sentirse investido con el deber de salvar a los demás como si fuese un héroe (…) Si la idea que tenemos del líder es la de un solitario, por encima de los demás, llamado a decidir o actuar en su nombre o favor, estaremos teniendo una visión empobrecida y empobrecedora”, avisó.
Y agregó: “Los psiquiatras dicen que una de las agresiones más sutiles es la idealización, es un modo de agredir”.
Con información de EFE