La batalla legal que tiene Brasil contra Elon Musk por las políticas de la empresa X tuvieron un duro revés para el magnate, que deberá entregar la cuenta de Fernando Cerimedo a la justicia del país latinoamericano.
Tras la presión económica, Elon Musk aceptó las órdenes de la Justicia de Brasil y presentará la documentación que solicitó hace meses, la Corte Suprema. El cambio de actitud del multimillonario tiene que ver con la posibilidad de levantar el veto que tiene la red social X en todo el país, uno de los principales en Sudamérica por la cantidad de usuarios que posee.
Desde el equipo legal de la red social X informaron que acatarán todas las órdenes impuestas. Incluso, aquellas que van en contra de la misma política que quiso imponer Musk en su plataforma respecto de la regulación de contenido de desinformación. “Incluido el pago de multas y el nombramiento de un nuevo representante legal en el país”, detallaron.
Sobre esto, cabe destacar que la antes llamada red del pajarito cambió su representante legal el viernes pasado. La decisión tuvo que ver con un pago de 900 dólares diarios de multa por la intención de sortear el bloqueo por otros mecanismos. El tribunal concedió a la ex-Twitter cinco días para completar toda la documentación necesaria para demostrar que las medidas efectivamente se ejecutaron.
Ahora bien, vale recapitular los orígenes de esta disputa que tienen su raíz en una investigación a Jair Bolsonaro. Al ex presidente de Brasil se lo acusa de formar parte en el intento de golpe de estado que ocurrió en enero de 2023, tras la derrota electoral que sufrió por parte de Lula Da Silva. Allí, aparece el nombre de Fernando Cerimedo, un asesor político y de marketing digital que tiene una influencia destacada en el escenario político contemporáneo.
Quién es Fernando Cerimedo y por qué está en el ojo de la tormenta
El empresario Fernando Cerimedo se dedica al marketing digital, gestión de redes sociales y es asesor político de campañas. Si bien hoy en día tiene un perfil más bajo, se pueden rastrear diferentes videos de sus redes sociales en las que destaca los valores de la ultraderecha a nivel mundial.
Cerimedo conoció a Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair, en un viaje a Estados Unidos donde ambos participaron de un curso dictado por Jaime Durán Barba. A partir de allí, comenzó a escalar en los círculos de influencia hasta volverse asesor de campaña dentro de las filas de ultraderecha brasilera.
En diálogo con medios argentinos, admitió algunas de sus estrategias que utilizó para sostener la imagen de Bolsonaro en su mandato. “En la campaña del 2018 él había hablado muy feo de los gays. ¿Cómo hicimos para revertir eso? Por WhatsApp empezamos a mandar miles de mensajes de trolls diciendo: “Yo soy gay. Bolsonaro podrá ser un nazi, pero la economía está bien y vamos a vivir más seguros”. A partir de esa influencia, parte de la comunidad gay lo apoyó”, dijo en una nota exclusiva para la Revista Noticias.
Hoy en día, es el dueño de La Derecha Diario en Argentina y forma parte del equipo de comunicación que posicionó a Javier Milei en la presidencia. Influenciado por la experiencia de la campaña de Donald Trump, logró un impacto similar en la fenomenal carrera presidencial de Milei. De hecho, admitió que busca posicionarse como un “Magnetto de la Derecha”, en relación al CEO de Clarín y su influencia sobre la política nacional.
Sus problemas con la justicia de Brasil
Se desprende de la investigación que se lleva en su causa, que Cerimedo ocupó un lugar estratégico en las acusaciones de fraude que se dieron tras la victoria de Lula Da Silva en las últimas elecciones presidenciales. Desde la Corte Suprema, tienen razones para creer que coordinó desde las redes sociales la escalada del conflicto que derivó en la ocupación de los edificios gubernamentales de Brasilia.
De hecho, muchas de las acusaciones provienen de un live stream que hizo en YouTube tras el anuncio del triunfo del actual presidente brasileño. Estas declaraciones sirvieron de base para otras impugnaciones realizadas por los aliados de Bolsonaro, como un informe presentado por su partido ante el Tribunal Electoral.
No obstante, en los archivos aparece su nombre en el “centro de desinformación y ataques al sistema electoral”. Los agentes policiales aseguraron que este grupo es responsable de “la producción, difusión y amplificación de noticias falsas sobre la imparcialidad de las elecciones presidenciales de 2022 con el propósito de incentivar a seguidores (de Bolsonaro) a permanecer frente a cuarteles e instalaciones de las Fuerzas Armadas, con el objetivo de crear el entorno propicio para un golpe de Estado”.