La devastación de la selva paranaense en territorio brasileño provocó que los cazadores furtivos del país vecino lleguen a Misiones. La Provincia impulsa un riguroso modelo de protección ambiental, que suma el nuevo desafío al intensificar los operativos para impedir la caza y el atropello de la fauna local.

En este sentido, el Cuerpo de Guardaparques de Misiones enfrenta esta amenaza principalmente en las áreas protegidas de frontera. En zonas como la Reserva de la Biosfera Yabotí, donde el límite con Brasil está marcado por el río Pepirí, o en la región norte con fronteras secas, los cazadores brasileños aprovechan la “permeabilidad” del territorio.
La caza furtiva, un efecto de la deforestación
El intendente del mencionado cuerpo, Jorge Bondar, indicó a Canal 12 que el deterioro del bioma de selva paranaense en Brasil impulsa a estos cazadores a cruzar la frontera.
“Al ya no contar con este bioma y los recursos que alberga, se ven tentados a ingresar a cazar en suelo argentino”, contó. Los depredadores, organizados en grupos, ingresan montados en motos o a caballo, armados y guiados por cómplices locales que aseguran la logística y alertan sobre patrullajes.

“Los campamentos que encontramos suelen estar más organizados que los de los cazadores locales”, detalló Bondar. Destacó además que estas incursiones parecen ser parte de “tours de caza furtiva promovidos desde Brasil”.
Operativos para proteger la selva misionera
Frente a esta situación, el Cuerpo de Guardaparques intensificó sus patrullajes y operativos en toda la Provincia. Cada mes, el Grupo de Operaciones en Selva desmantela de tres a cuatro campamentos, decomisan armas y herramientas de caza. “Por mes se destruyen varios campamentos y se confiscan todas las artes de caza”, informó Bondar.

Sin embargo, detener a los responsables principales sigue siendo un desafío. “En la mayoría de los operativos damos con los cuidadores o guías, pero no con quienes organizan estos tours desde Brasil”, lamentó.
Un modelo de conservación bajo presión
Aunque la incursión de cazadores brasileños representa una amenaza para la biodiversidad, también evidencia el éxito del modelo de conservación de la provincia. Gracias a la gestión activa de las áreas protegidas, Misiones se convirtió en un refugio seguro para la fauna que perdió su hábitat en Brasil.

“La defensa de nuestras selvas no sólo es crucial para proteger nuestras especies nativas, sino también para demostrar que un modelo de gestión ambiental puede marcar la diferencia”, concluyó Bondar.