
El 18 de diciembre será por siempre una fecha recordada por los argentinos. Fue una tarde de domingo, histórica por la obtención del Mundial de Qatar 2022, la tercera estrella de la Selección Argentina y la merecida consagración a Lionel Messi.
Aunque ya pasaron dos años del título, aún se disfruta como el primer día. La sensación de alegría al ver imágenes de aquella jornada, desprende una mueca de sonrisa a cada argentino.
La final contra Francia, que era el vigente campeón defensor del título, fue para muchos la mejor de la historia de los Mundiales. Un 2-2 en los 90 minutos reglamentarios, 3-3 tras un alargue para el infarto y luego la recordada definición por penales que tuvo al Dibu Martínez y a Gonzalo Montiel como héroes. Una tarde que tuvo de todo: goce, sorpresa, angustia, drama, confusión, consternación, nervios, desahogo y delirio.
Todo condensado en casi tres horas de acción, con una multitud que deliraba en el estadio y todo un país en vilo a través de las pantallas de los televisores.
El 18 de diciembre es una fecha que será recordada por siempre, una satisfacción para siempre. Un orgullo para siempre. Es un día para el recuerdo de una experiencia que atravesó el cuerpo, pasó por la mente y se grabó en el alma de cada argentino.
Y como lo dijo el relator inglés Peter Drury en su emocionante narración de aquel día, “una nación bailará tango toda la noche, Scaloni estará predestinado, Messi será santificado”.