Las cotizaciones del dólar alternativo volvieron a subir en marzo y superaron los $1.300, nivel que no alcanzaban desde septiembre de 2024. La demanda respondió a la necesidad de cobertura en el mercado local ante la posibilidad de un nuevo acuerdo entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo multilateral anunció que las negociaciones con las autoridades argentinas están “avanzadas”. Según trascendió, el FMI podría aportar USD 8.000 millones para reforzar las reservas del Banco Central y otros USD 12.000 millones destinados a cancelar capital e intereses. Estos desembolsos se harían en tramos, dependiendo de objetivos acordados. Este acuerdo sería adicional a los USD 44.000 millones del crédito vigente.
El dólar “blue” aumentó 15 pesos en el día y cerró en $1.310, su mayor valor desde septiembre de 2024. En lo que va de marzo, la divisa subió $80, lo que representa un incremento del 6,5%. Con el dólar mayorista a $1.071,75, la brecha cambiaria alcanzó el 22,2%, el nivel más alto desde octubre del año pasado.
Los tipos de cambio financieros también mostraron alzas. El dólar MEP y el contado con liquidación operaron en torno a los $1.304 y $1.305, respectivamente. La suba de estas cotizaciones reflejó el incremento en la demanda de cobertura ante posibles cambios en la política cambiaria.
Factores que impulsan la suba del dólar
Uno de los motivos del incremento es la especulación sobre un posible cambio en el esquema cambiario. La semana pasada, el ministro de Economía, Luis Caputo, dejó abierta la posibilidad de una flotación del tipo de cambio en el marco del acuerdo con el FMI. Esto no implica necesariamente una devaluación, pero sí una mayor flexibilidad en la cotización de la moneda.
La incertidumbre generó un aumento en la demanda de dólares, impulsó los contratos de futuros y obligó al Banco Central a intervenir en el mercado de bonos para contener los tipos de cambio financieros. La consultora EcoGo destacó que “todavía se está negociando el monto y el esquema cambiario”, lo que genera tensión en el mercado.
Otro factor clave es la pérdida de reservas internacionales del Banco Central. En las últimas siete jornadas, la entidad vendió más de USD 1.300 millones en el mercado de contado. Se trata de la mayor intervención desde junio y julio de 2023, cuando las ventas totalizaron USD 3.133 millones en 14 ruedas consecutivas.
Las reservas brutas del BCRA descendieron a USD 26.441 millones, el nivel más bajo desde julio de 2024. Los analistas estiman que las reservas netas se encuentran en torno a los USD 5.000 millones negativos. Esta situación vuelve fundamental un acuerdo con el FMI para fortalecer la liquidez y permitir intervenciones en el mercado cambiario.
El atraso del tipo de cambio oficial
El dólar mayorista alcanzó los $1.071,75, con un incremento del 25,1% respecto a los $856,50 de marzo de 2024. Sin embargo, la inflación interanual a febrero fue del 66,9%, lo que muestra un atraso del tipo de cambio real.
Este desfasaje genera dudas sobre la viabilidad de la política de minidevaluaciones del 1% mensual, establecida hace menos de dos meses. La estrategia busca evitar una devaluación abrupta, pero también dificulta la eliminación del cepo cambiario sin generar presiones inflacionarias.
La creciente brecha cambiaria, que superó el 20%, obliga a los bancos a aumentar las tasas de interés para retener los depósitos en pesos. “Hasta hace unos días, un plazo fijo bancario rendía un 25% anual. Ahora la tasa trepó al 30% para depósitos a 30 días”, indicó Reuters.
El escenario cambiario sigue condicionado por la negociación con el FMI y la estrategia del Gobierno. Mientras persista la incertidumbre, el mercado mantendrá la demanda de cobertura y presionará sobre la cotización del dólar.