La derrota de Boca ante Newell’s, en Rosario, además de un resultado adverso dejó una serie de complicaciones para el DT Fernando Gago. Una de ellas se produjo con la imagen del español Ander Herrera, quién abandonó el campo de juego con signos de dolor. Luego rompió en llanto en el banco de suplentes.
El mediocampista había ingresado en el entretiempo en reemplazo de Milton Delgado. Pero pudo estar en cancha solamente cinco minutos. Al sentir una molestia muscular se retiró de la cancha por sus propios medios, mientras transcurría el juego.
El enojo de Herrera también pasa porque este partido significaba su regreso al equipo luego de dos semanas de ausencia, con receso por la fecha FIFA en el medio. Venía de recuperarse de una sobrecarga muscular en el isquiotibial derecho, sufrida tras la victoria por 3 a 0 frente a Central Córdoba en Santiago del Estero. En el medio, se perdió la goleada 4 a 0 sobre Defensa y Justicia.
La escena, de enorme frustración, incrementó la preocupación en el club xeneize. Se trata de la tercera lesión que sufre desde su llegada al club en enero de 2025 y su continuidad en el equipo comienza a estar en duda.
Desde que aterrizó en Boca como refuerzo experimentado para reforzar el mediocampo, Herrera pasó más tiempo en recuperación que dentro del campo de juego. Hasta el momento disputó la mitad de los partidos que jugó Boca en lo que va del año (7 de 14). Con una particularidad: en ninguno pudo completar los 90 minutos.
La seguidilla de lesiones musculares lo privaron de continuidad y generó inquietud tanto en el cuerpo técnico como en la dirigencia. El español, con un pasado en Manchester United, Paris Saint-Germain y Athletic Bilbao, llegó con la expectativa de aportar jerarquía, pero hasta ahora su presencia en el equipo fue intermitente y marcada por problemas físicos.
