El emprendedor Mario Duarte lleva más de dos décadas trabajando en la cocina. En Posadas en Primera Persona, un ciclo de El Doce, contó que prepara guisos en olla grande cada día y duplica la producción los fines de semana, para sostener el emprendimiento familiar con un ritmo marcado por la cocción lenta, el trabajo diario y el compromiso con su comunidad.
“De lunes a jueves hacemos una olla grande, 15 o 20 kilos, y los fines de semana, viernes y sábado, hacemos más de 35 o 40 kilos”, detalló. Explicó que la preparación comienza la noche anterior con la picada de verduras y se extiende hasta la madrugada. “Todo lo empezamos cinco o seis de la tarde, hasta las doce de la noche. La carne está bien cocida, el proceso lleva cuatro o cinco horas”, sostuvo.
Además del trabajo sostenido, Duarte remarcó el hecho de mantener vínculos humanos a través del oficio. “La idea es ayudar, nunca dejar de ayudar a la gente, porque siempre hay alguien que te devuelve el favor”, dijo. Aseguró que el emprendimiento no solo le permitió crecer, sino también dar una oportunidad a otros.
Duarte y las historias con sabor
Gracias a esa trayectoria, su familia también se benefició. Mencionó el caso de su hija, que actualmente estudia Medicina. “Son historias con sabor”, expresó sobre su recorrido y el de otros emprendedores que, como él, eligieron Posadas para instalarse y desarrollarse.
Conocido en su barrio, Duarte compartió su visión sobre el trabajo y la vida en la que “ya somos grandes y hay que vivir en paz, tranquilo”. Además, al dirigirse a quienes aún dudan en emprender, fue directo: “Hay que animarse, hay que jugarse en la vida. Yo me jugué, me fue mal, me fue bien. Pero una persona que se pone la meta puede ser que salga o no, pero el intento… hay que morir en el intento. Ese es el mensaje que le puedo dar”.
