El histórico juicio al diputado puertista Germán Kiczka y su hermano Sebastián ingresó a su tercera semana de debate. Este lunes 14 de abril se retomaron las audiencias del caso Kiczka en el Tribunal Penal 1 de Posadas, conformado por Gustavo Bernie, Viviana Cukla y César Antonio Yaya (subrogante). La sentencia está prevista para el miércoles 16.
Germán Kiczka y su hermano Sebastián están acusados de tenencia y facilitación de material de abuso sexual infantil (MASI). La pena va de 3 a 6 años, agravada en un tercio por tratarse de víctimas menores de 13 años. A Sebastián Kiczka también se le imputa el abuso sexual de una adolescente de 15 años.
La fiscal Daniela Dupuy se refirió a la gravedad de los hechos que forman parte del debate. Se encuentra al frente de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires.
Entrevistada por el programa El Periodista de Canal 12, Dupuy ofreció detalles sobre la investigación que inició en enero de 2024 en contra del legislador de Activar, Germán Kiczka y su hermano Sebastián.
Recordó que “en enero del 2024 recibimos un alerta por parte de una organización internacional que trabaja muy bien en la prevención de este tipo de delitos. A través de ellos, la fuerza de la ley detectó que en aproximadamente 15 países de la región se conectaban diferentes usuarios, intercambiándose videos de explotación sexual infantil“.

Describió que se trata de “videos de niños o niñas, incluso bebés, siendo abusados por un adulto. Es lo que estos usuarios intercambiaban entre sí”. Agregó que “en Argentina efectuamos muchos allanamientos de manera simultánea. Llegamos a allanar domicilios en todo el país, entre ellos el de Misiones”, al referirse a la confiscación de los dispositivos electrónicos de los hermanos Kiczka.
La Fiscal también habló sobre la naturaleza del material encontrado. “Recibimos 300 denuncias de explotación sexual infantil, muchas de las cuales incluían imágenes extremadamente perturbadoras“, indicó. Además, aseguró que es imposible naturalizar la brutalidad de estos abusos.
“Lo que se ve es algo verdaderamente indescriptible. Uno no puede jamás naturalizar tremenda actividad que se lleva a cabo con chiquitos de muy corta edad“, razonó.
Del mismo modo, Dupuy aclaró que en el caso de personas involucradas con estos delitos, “el que tiene material, distribuye. El que distribuye también produce; y el que produce termina abusando sexualmente”.