La forma en que los argentinos gestionan su salud está en constante evolución. El avance de la tecnología, los cambios en el acceso a la cobertura médica y la confianza en diferentes fuentes de información están redefiniendo la forma en que las personas actúan frente a las enfermedades, mientras la Inteligencia Artificial (IA) se posiciona como una nueva voz que gana protagonismo incluso frente a los profesionales de la salud.
Un reciente estudio de la consultora DatosClaros, realizado en enero entre 200 personas, mostró que cuando se consulta sobre cómo proceder ante un problema de salud, el 60,8% de los encuestados afirmó que solicita un turno con un médico, mientras que un 32,3% prefiere acudir directamente a una guardia. Otras estrategias menos comunes incluyen la consulta con farmacéuticos (2,8%) y la búsqueda de información en internet (2,4%).

Sin embargo, la influencia de la tecnología en la relación con la salud es evidente. Un 21,5% de los encuestados indicó estar de acuerdo o muy de acuerdo con que Google y ChatGPT brindan respuestas más útiles que un médico. Esta cifra se eleva al 29,4% entre los jóvenes de 18 a 25 años, quienes también son el grupo con menor acceso a cobertura médica: el 28,6% de los encuestados carece de cobertura médica, una situación aún más notoria en los jóvenes de 18 a 25 años, donde la cifra asciende al 45,3%.
El profesional contra la IA
Natalia Gitelman, directora general de DatosClaros, opina al respecto: “Desde hace varios años empezamos a googlear los resultados médicos o los títulos o nombres de enfermedades que los médicos nos dicen y desde ahí obteníamos información, pero una información muy genérica. Con la incorporación de la IA, el ChatGPT, ya nos están hablando concretamente de nuestros estudios y con explicaciones muy claras y fáciles de entender”.
No obstante, la confianza en la figura del médico sigue siendo predominante. El 50,3% de los encuestados indicó estar muy de acuerdo con que el profesional de la salud es la referencia más importante en cuestiones médicas, mientras que el 34,8% dijo estar de acuerdo con esa premisa.
“Los jóvenes que están probablemente más habituados a manejar ChatGPT y que también son quienes menos cobertura tienen, son quienes más van a buscar esta información en la IA. Sin embargo, tienen un nivel de confianza en el médico, como la última palabra, en la misma proporción que el resto de los segmentos”, destaca Gitelman.
Los tratamientos naturales cobran protagonismo
En cuanto a los segmentos etarios, los más adultos siguen confiando plenamente en el médico. No obstante, el grupo de entre 36 y 45 años es el que muestra menor confianza en los profesionales de la salud, con un 77% de adhesión, y aunque aún es un nivel alto, está por debajo de otros grupos. Sin embargo, este escepticismo no se traduce en una mayor confianza en la inteligencia artificial ni en la medicina natural.
“Los segmentos etarios más grandes buscan mucho menos en ChatGPT. La palabra del médico es la confiable. Van a pedir turno con un médico cuando necesitan tener información o cuando tienen alguna dificultad en cuanto a la salud”, afirma la directora de Datos Claros.

El estudio también reveló que los tratamientos naturales están cobrando cierto protagonismo. Un 27,3% de los encuestados aseguró estar de acuerdo o muy de acuerdo con preferir opciones naturales o ancestrales sobre la medicina tradicional.
Por último, Gitelman señala que “la edad entre 36 y 45 años es donde menos confianza hay en la palabra del médico, pero tampoco se traduce en una mayor confianza en ChatGPT ni en tratamientos naturales. Es una edad en la que empiezan a surgir algunas dificultades en cuanto a la salud y tal vez no se encuentran cómodos dentro del sistema de salud”.
La irrupción de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud no reemplaza la figura del médico, pero sí modifica la forma en que muchas personas buscan y procesan la información médica. El desafío a futuro estará en integrar la tecnología como un complemento valioso dentro del sistema de salud, garantizando que la información accesible y comprensible no sustituya, sino que fortalezca, la atención médica de calidad