Arquitectura al servicio del movimiento y la cultura
Antonela Oviedo, arquitecta y proyectista del equipo técnico del Presupuesto Participativo de Posadas, acompañó desde el inicio el diseño de esta plaza inédita en la provincia. Concebida como un espacio que pone en valor las prácticas culturales, artísticas y deportivas que emergen en la ciudad, la nueva infraestructura instalada en la chacra 172 resignifica el uso del espacio público. “Más que una obra, es un lugar que cuenta historias y promueve el sentido de pertenencia”, expresó Oviedo.

Diseñar sin antecedentes similares en Misiones fue uno de los grandes desafíos. Sin embargo, el trabajo conjunto con la comunidad de acróbatas, deportistas y artistas permitió elaborar un proyecto que responde a sus necesidades específicas, articulando técnica, normativa y recursos municipales. “El diálogo entre ciudadanía y gobierno fue clave para garantizar viabilidad y calidad”, destacó.
Una plaza que marca un antes y un después
Este nuevo espacio incluye una estructura para acrobacias aéreas y calistenia, un cuadrante escénico multifuncional pensado para danza, gimnasia y acrobacias de suelo, así como zonas de descanso, pérgolas y señalización preventiva. La propuesta contempla tanto el entrenamiento diario como la realización de espectáculos al aire libre.

“El paisaje urbano de la costanera cambió, y con él también nuestra forma de habitarla”, expresó Oviedo con emoción. Este tipo de espacios no solo revalorizan prácticas físicas y expresivas, muchas veces relegadas al ámbito privado, sino que democratizan el acceso al arte y al movimiento corporal en entornos abiertos y compartidos.
Participación real para una ciudad más equitativa
La propuesta fue impulsada inicialmente por colectivos de calistenia, acroyoga y acrobacias aéreas, quienes manifestaron la necesidad de contar con equipamiento adecuado. A través del Presupuesto Participativo, se consolidó un proceso de diseño colaborativo que derivó en la elección del predio y la definición del programa de usos.


Para Oviedo, esta obra demuestra que el urbanismo puede nutrirse de las dinámicas barriales. “Cada chacra tiene su identidad. El Presupuesto Participativo permite que esas identidades se transformen en obras públicas que expresan lo que somos”, afirmó. La iniciativa no solo habilita infraestructura, también fortalece el tejido social.
Más que una plaza: un espacio vivo y transformador
Oviedo remarcó que esta experiencia le permitió crecer profesional y personalmente. “Asumí mi rol como ciudadana al servicio de la comunidad, desde una arquitectura comprometida con la transformación del entorno”, señaló. Para ella, el espacio público es tanto un derecho como una construcción simbólica de la identidad colectiva.

“El resultado fue importante, pero el proceso fue aún más valioso”, concluyó. Con prácticas diarias, intervenciones urbanas y eventos culturales, la comunidad usuaria será la encargada de sostener la vida de esta plaza que ya se convirtió en un nuevo punto de encuentro, expresión y pertenencia en Posadas.