El Vaticano publicó el testamento del Papa Francisco pocas horas después de su fallecimiento. El documento detalla su voluntad sobre el lugar y las condiciones de su sepultura.
Francisco pidió ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma. Eligió no descansar en la cripta de la Basílica de San Pedro, donde yacen la mayoría de los papas desde hace más de tres siglos.

El testamento de Francisco señala que la tumba debe ubicarse bajo tierra, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza. No tendrá adornos ni inscripciones solemnes. Solo llevará el nombre “Franciscus”.
El Papa también solicitó que los gastos del entierro se cubran con dinero aportado por un benefactor anónimo. El nombre no figura en el testamento, pero las instrucciones ya fueron entregadas al responsable designado por el Vaticano.

Durante su pontificado, Francisco visitó Santa María la Mayor antes y después de cada viaje apostólico. En su testamento, reafirmó su devoción a la Virgen María y su deseo de descansar en ese santuario mariano.
“El sufrimiento que se hizo presente en la última etapa de mi vida lo ofrezco al Señor por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos”, escribió en el cierre del documento.
El testamento incluye un agradecimiento a quienes lo acompañaron durante su vida y un pedido de oración. No contiene menciones a bienes personales ni decisiones sobre otros aspectos de su legado.