Con la madera plástica, la firma de origen posadeña ha creado lomos de burro, bancas, topes y hasta juegos para los parques infantiles. Desde sus fábricas en el Parque Industrial y de la Innovación, mantiene un ideal ecológico utilizando paneles solares como fuente de energía.
Abocados a la creación de insumos biodegradables y al reciclaje de materiales, la firma Plastimi sigue decorando la provincia con su gran propuesta ecológica. Teniendo más de 40 años de experiencia en la gestión y creación de envases plásticos, la firma de origen posadeña decidió devolver la hospitalidad de la ciudad llevándola hacia un futuro de sustentabilidad.
Desde sus fábricas en el Parque Industrial y de la Innovación, e impulsados por la energía solar gracias a sus paneles, Plastimi se ha encargado en los últimos años de dirigir una campaña de reciclaje y reutilización de materiales. Con esta directriz la firma empezó a fabricar lomos de burro, bancas, topes y hasta juegos para los parques infantiles de madera plástica.
Este material que utiliza componentes de madera y plásticos mantiene una fuerte solidez lo que reduce en gran medida su remoción por desgaste, además si sufre algún daño se podrá reciclar sus materiales en un 100%. “Es un material muy noble, versátil, resistente, no se astillan, no se rajan y no producen bacterias, es decir que no se pudren en la intemperie. Además se pueden moldear en miles de formas para millones de funciones”, explicó Silvana Defilippi, responsable de acciones y soluciones sustentables de Plastimi.
La madera plástica, un aliado de la economía circular
La madera plástica es un material compuesto diseñado para lograr ayudar al ambiente en dos frentes: la deforestación y la contaminación de la vida marina por plástico. “Lo que buscamos hacer es cerrar el ciclo de la economía circular, al utilizar los materiales sobrantes de nuestra industria para crear nuevas posibilidades, como macetas, bancas y hasta parques para que los niños jueguen”.
El material está hecho de madera (60%) y HDPE polímero, un tipo de plástico que mantiene una alta densidad (40%). Lo sorprendente es que la materia prima resultante no es tóxica y cuenta con las certificación del Programa para el Reconocimiento de Certificación Forestal (PEFC). Más allá de su sustentabilidad, la principal ventaja es que conserva las mejores propiedades de la madera mientras que elimina sus problemas, como la humedad.
En la industria mundial, este material es considerado la cúspide del reciclaje, ya que reduce la huella de carbono, al utilizar el 98,5 % de los desperdicios de su proceso de producción, mientras limpia los vertederos del plástico de alta densidad que tarda cientos de años en degradarse.
El principio de producción es la combinación de fibras de madera y polímeros de HDPE, y se denomina extrusión. A altas temperaturas, todos los materiales se mezclan y el perfil final se logra extrayendo el material con el molde de la forma deseada. El siguiente paso es enfriar, cortar a la longitud deseada y rectificar la superficie final.
Con un proceso de producción relativamente simple y una alta maniobrabilidad del material, se puede moldear en casi cualquier forma y tamaño, incluidas las arqueadas o dobladas para decoraciones o tubos. Esa flexibilidad innata se extiende también al color, ya que se puede teñir para adaptarse a casi cualquier esquema de diseño.
