Estos insectos son importante para la polinización y la obtención de los alimentos que consume el ser humano. En la provincia crearon espacios para su protección.
En Capioví, se lleva adelante un proyecto para rescatar abejas nativas. La tarea consiste en construir cajas que simulan troncos de árboles donde habitan las tribus. Es decir, se arma un meliponario, con el objetivo de proteger y mantener en buen estado el sector en el que trabajan y viven las abejas.
La corresponsal de Canal 12, Eliana Graef, se acercó hasta el predio para mostrar y contar cómo es el mecanismo que desarrollan para preservar las abejas, que son responsable de polinizar el 75% de los alimentos que consumen los humanos.
Estas acciones se llevan adelante porque desde hace años la población de estos insectos disminuyó en todo el mundo.
Flores en los jardines
Si bien la actividad es desarrollada en espacios amplios, públicos o privados, las personas desde su hogar también pueden contribuir a la protección de las obreras. Una de las opciones básicas es ayudar, con más especies de flores en los jardines de la casa. Quienes deseen colaborar pueden consultar en el sitio que ofrece el municipio.
La corresponsal relató que “en ciertos casos, las personas al ver tantas abejas recurren a espantarlas o hasta prenderles fuego, dañan este tipo de insecto tan importante”.
Por eso, recomiendan interiorizarse y aprender sobre cómo obtener una buena relación con las abejas. En el meliponario podrán ver el trabajo de un apicultor, desde una zona fuera de peligro. El objetivo es concientizar al público sobre la importancia de generar un espacio amigable con las abejas.
En Misiones además hay meliponario en Puerto Rico, Campo Viera y en el Jardín Botánico de Posadas
Programa de protección y alimentación de las abejas
El objetivo de la ley XVI-149, sancionada en la provincia, apunta a contribuir a la conservación y repoblación de las abejas. Además, concientizar sobre su labor fundamental como agente polinizador en la preservación de los ecosistemas.
Asimismo, fomentar el uso de métodos orgánicos y la utilización de bioinsumos para el control de plagas en zonas urbanas. Como también sensibilizar sobre el impacto adverso de los fitosanitarios, domisanitarios y plaguicidas en la población de abejas y los riesgos que generan en su supervivencia.
