Mientras miles de fieles lloran la pérdida del papa Francisco, en el Vaticano se viven horas de intensidad y preparativos. La muerte del Sumo Pontífice puso en marcha una serie de ritos y rituales planificados para la despedida del argentino y la elección de su sucesor en el Cónclave.
El Vaticano difundió las primeras imágenes del papa Francisco en su féretro
El papa Francisco, quién falleció el lunes por la madrugada, introdujo una serie de cambios sustanciales en los ritos funerarios que son tradición en la Iglesia Católica, con el objetivo de enfatizar su visión austera y sencilla de la religión. A pesar de las modificaciones, tres elementos claves se sostienen y deben cumplirse luego de la muerte del Sumo Pontífice.
Los ritos funerarios del Papa
Las reformas – entre tantas otras – que fueron propuestas por Francisco están reflejadas en el delgado volumen rojo Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, que significa “Rito del entierro de los romanos pontífices”.
El rito funeral permanecía intacto desde el año 2000 y los cambios fueron impulsados por los propios deseos de Francisco y por la muerte del Papa emérito Benedicto XVI, cuyo funeral puso al Vaticano a preparar la despedida del primer Papa retirado en 600 años.
Los trabajos de Francisco para modificar los rituales fueron hechos con el arzobispo Diego Ravelli. En detalle, el propio Ravelli aseguró que las reformas planificadas tenían por objetivo “enfatizar aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo, y no el de un hombre poderoso de este mundo”.
Los tres momentos más destacados del rito tras la muerte del Papa se desarrollan en la residencia del Sumo Pontífice, en la Basílica de San Pedro y en el lugar de entierro.
La declaración de muerte
La reforma que introdujo Francisco permite que la conformación oficial del fallecimiento se realice en la capilla personal de Francisco, en lugar de en su dormitorio. Esta modificación puede responder a cuestiones prácticas, ya que el argentino decidió vivir en una pequeña suite del hotel Santa Marta, en lugar del Palacio Apostólico, dónde contaba con una capilla personal.
En detalle, luego de la muerte del Papa, el jefe del servicio de salud del Vaticano es el encargado de examinar el cuerpo, determinar la causa de la muerte y elaborar un informe al respecto. Por su parte, el cuerpo es vestido con una túnica blanca.
Tras esto, el cuerpo reposa en la capilla personal del Papa para la declaración ritual de su muerte que es presidida por el camarlengo, quién es la persona encargada de supervisar la administración de la Santa Sede en períodos de transición, entre la muerte o renuncia de un papa y el surgimiento de su sucesor. En el caso actual, Kevin Farrell – uno de los colaboradores más cercanos de Francisco – es quién está a cargo de ese deber.
Posteriormente, el cuerpo ya no es colocado en tres ataúdes como mandaban las tradiciones – de ciprés, plomo y roble – sino que ahora el cuerpo del Papa es ubicado en un cajón de madera con uno de zinc en su interior. Además, también viste los ornamentos litúrgicos rojos, la mitra (el tocado tradicional de los obispos) y el palio (una estola de lana). El cirio pascual, una vela grande y decorada que se usa en Pascua, se coloca cerca.
En medio de este proceso, es el camarlengo el encargado de redactar la declaración formal de defunción, acompañada del certificado de la causa de muerte que fuera elaborado por el jefe del servicio sanitario de la Santa Sede.
El traslado a la Basílica
Tras estos ritos iniciales, el cuerpo es trasladado a la basílica donde se entonan las Letanías de los Santos, una oración que solicita la intercesión de todos los santos cristianos, esto es, de aquellos que han sido reconocidos como modelos de conducta bajo la cosmovisión cristiana. Otro cambio importante introducido en los últimos años es que el cuerpo del Papa ya no se coloca en un féretro elevado, sino que el ataúd de madera se coloca frente a los bancos, con el cirio pascual cerca.
El sello del ataúd
Luego, el camarlengo preside el cierre y sellado del ataúd, con otros cardenales de alto rango como testigos. Durante este proceso, se coloca un pañuelo blanco sobre el rostro del Sumo Pontífice fallecido y se introduce una bolsa con monedas acuñadas durante su papado, con un escrito de su pontificado denominado “rogito”.
El documento es leído en voz alta y luego se guarda en un tubo cilíndrico dentro del ataúd, mientras que otra copia es enviada a los archivos históricos del Vaticano.
La despedida: el funeral y el entierro
Por último, llega el turno del funeral. El rito es presidido por el decano del Colegio Cardenalicio o por el vicedecano u otro cardenal de alto rango. En este caso, la tarea puede recaer sobre Giovanni Battista Re, de 91 años, o sobre el vicedecano argentino Leonardo Sandri, de 81 años.
La prensa italiana filtró detalles sobre la causa de la muerte del Papa
La reforma que introdujo Francisco permite que el Papa sea enterrado fuera del Vaticano. Así, el argentino reafirmó su deseo de no ser enterrado en la Basílica de San Pedro ni en las grutas vaticanas, donde descansan la mayoría de sus antecesores. En lugar de esto, eligió descansar en la Basílica de Santa María la Mayor, ubicada en Roma Italia, conocida por venerar el ícono de la Virgen María.
Finalmente, la Iglesia Católica inicia un período de nueve días de luto oficial, conocidos como novendiales. Luego, se da inicio al Cónclave para elegir al nuevo Papa.
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