El verano es la época del año en la que más se habla de la protección solar, pero lo cierto es que los mitos alrededor de su uso persisten y pueden llevar a cometer errores que perjudican la salud de la piel. ¿Bajo qué condiciones se necesita protección? ¿Cada cuánto se debe de reaplicar? ¿La piel oscura está realmente a salvo del daño solar? Estos son solo algunos de los interrogantes que surgen cuando se habla del cuidado de la piel bajo el sol.

Mito 1: El protector solar solo es necesario en verano
Realidad: La radiación ultravioleta (UV) no entiende de estaciones. Aunque la mayor exposición al sol ocurre en los meses de calor, los rayos UVA (los que causan daños a largo plazo y envejecen la piel) están presentes durante todo el año, incluso en los días nublados. Esto significa que no importa si el clima está gris o si estás dentro de casa: los rayos UV atraviesan las nubes y los vidrios de las ventanas. De hecho, incluso las pantallas electrónicas emiten luz azul, que también puede dañar la piel. Por lo tanto, el protector solar debe ser parte de tu rutina diaria, sin importar la temporada.
Mito 2: Solo es necesario usar protector solar cuando estamos al aire libre
Realidad: Aunque estemos dentro de casa, las ventanas no son una barrera completa contra los rayos solares. Los rayos UVA pueden penetrar a través de los cristales y seguir afectando nuestra piel, especialmente si pasamos mucho tiempo cerca de una ventana. Además, la luz azul emitida por los dispositivos electrónicos (como teléfonos, computadoras y televisores) contribuye al daño celular y a la pigmentación de la piel. Si pasas varias horas frente a la pantalla, es recomendable usar protector solar incluso si estás en el interior.

Mito 3: Con aplicar protector solar una sola vez al día es suficiente
Realidad: No basta con aplicar protector solar al salir de casa por la mañana y olvidarse del tema hasta el final del día. Para obtener una protección efectiva, es necesario reaplicarlo cada dos o tres horas, especialmente si estás expuesto al sol, sudando o nadando. Los protectores solares no son efectivos durante todo el día, por lo que es importante hacer retoques periódicos, especialmente si transitas por ambientes de alta exposición solar.
Mito 4: Cuanto mayor sea el factor de protección solar (FPS), mejor
Realidad: Aunque es cierto que un factor de protección solar más alto ofrece una mayor barrera contra los rayos UVB (los responsables de las quemaduras solares), esto no significa que un protector con FPS bajo sea ineficaz. Un protector solar con FPS 30 es adecuado para la mayoría de las personas si se aplica de forma generosa y se reaplica con regularidad. Lo que realmente importa es que el protector solar se utilice correctamente y no se omita ninguna zona del cuerpo. El FPS es solo uno de los factores, pero la cantidad y la frecuencia de la aplicación son fundamentales.

Mito 5: Las personas con piel oscura no necesitan protector solar
Realidad: Si bien las personas con piel más oscura tienen una mayor cantidad de melanina, lo que les otorga una cierta protección natural contra los daños solares, eso no significa que estén exentas de los efectos nocivos del sol. La exposición solar prolongada sigue aumentando el riesgo de cáncer de piel, envejecimiento prematuro y otros problemas cutáneos, sin importar el color de la piel. Todos, sin excepción, deben proteger su piel con un buen protector solar.
Mito 6: Solo la cara necesita protección solar
Realidad: Aunque es común aplicar protector solar solo en el rostro, el daño solar puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo expuesta al sol. Las áreas como el cuello, los brazos, las manos, los pies y el escote también están en riesgo. Si bien el rostro es más sensible, el cuerpo entero necesita protección para prevenir manchas, arrugas y otros efectos del sol.
Consejos prácticos para una protección solar eficaz
- Elige el protector adecuado: Busca un protector solar de amplio espectro que proteja tanto contra los rayos UVA como los UVB. Es fundamental que cubra ambas radiaciones para asegurar una protección integral.
- Aplicación generosa: Aplícalo en cantidad suficiente para cubrir bien la piel. No se trata de frotarlo suavemente, sino de asegurarte de que toda la zona esté protegida.
- Reaplicación constante: Recuerda aplicar el protector solar cada dos horas o después de nadar o sudar. No subestimes la importancia de mantener la protección constante.
- Complementa con otras medidas de protección: La ropa de manga larga, sombreros, gafas de sol y buscar sombra siempre que sea posible son aliados perfectos. Estos elementos, junto con el protector solar, aseguran una defensa completa contra los daños solares.
- El orden correcto de aplicación: Primero, aplica tu crema hidratante y luego el protector solar. Esto se debe a que el protector solar es generalmente más denso y la hidratante puede interferir con su efectividad si se coloca después. Si también vas a usar repelente de insectos, pon el protector solar primero, y después el repelente, ya que el primero puede reducir la eficacia del segundo si se aplica en el orden incorrecto.
- Paciencia y tiempo: Para que el protector solar haga su trabajo, debe aplicarse entre 20 y 30 minutos antes de exponerse al sol. Esto le da tiempo para ser absorbido y comenzar a actuar.
La importancia de la protección solar todo el año
La correcta utilización del protector solar es esencial no solo en los meses cálidos, sino en todo momento. Incorporarlo a la rutina diaria ayuda a prevenir problemas cutáneos graves y mejora la salud de la piel a largo plazo.
Desde el aire libre o frente a la pantalla de un dispositivo, los rayos UV siempre están presentes. Así que no hay que subestimar el poder de un buen protector solar, ya que es una inversión en la salud de tu piel y tu bienestar general.
Con información de Perfil.com