Ambos canes fueron adoptados por la Unidad Regional II. Ahora tienen un hogar, son parte de los equipos de patrullas y los entrena un experto en adiestramiento canino táctico.
Los policías que patrullan las barrios de Oberá ya cuentan con dos nuevos compañeros: se trata de Polaquito y Negrito, dos perros que fueron adoptados tras ser rescatados de la calles y de la situación de abandono en la que estaban. La Unidad Regional II los acobijó y el sargento Mauro Mordez los adiestra tácticamente para los operativos.
Quienes hayan pasado por las veredas de las plazas, frente a un banco o un comercio, y hasta en la salida de la Catedral de San Antonio de Oberá en algún momento se habrá cruzado con estos dos amiguitos de cuatro patas: Negrito y Polaquito.
Cuentan que ambos pernoctaban en el acceso a la Unidad Regional II y acompañaban a los uniformados hacia sus puestos de guardia. Y más si las recorridas eran a pie, estos amigos perrunos eran los primeros en el pelotón de la guardia urbana.
Adoptados y entrenados
Hace aproximadamente dos meses, el jefe de la Unidad Regional II Claudio Ludtke consideró adoptarlos, pero redobló la apuesta con la incorporación de especialistas para el adiestramiento canino. La principal referencia es el sargento 1° Mauro Mordez quien es operador K9 y viene de cumplir casi toda su carrera en la Brigada de Canes de Posadas.
En base a su experiencia con canes tácticos, el suboficial es parte de la Guardia de Infantería y se anotó como guía de los nuevos miembros quienes siguen recorriendo las calles obereñas, pero ahora como Canes de la Policía.
“Por ahora los tomo como cursantes, los trato así cariñosamente a Polaquito y a Negrito porque todos los días están aprendiendo algo nuevo, están cambiando su conducta y comenzaron a colaborar en los operativos”, celebró Mordez, quien a su vez prepara a otros policías para actuar junto a los canes.
Futuros K9
Los “Perros K9” hacen referencia a lo que se conocen habitualmente como perros policías, usados como unidades de rescate, de búsqueda de drogas o de protección. Sin ir más lejos la propia palabra “K9” (k-nine, en inglés) es un homófono de la palabra canino.
El sargento Mordez se capacitó a nivel nacional e internacional para desempeñarse como operador K9. En base a sus conocimientos entiende que la formación de ambos perros debe ser muy progresiva, pero aún así cree que pueden seguir sorprendiendo como hasta ahora.
“Ellos antes veían un auto y los salían correr, lo mismo a un ciclista. Son conductas básicas que fuimos corrigiendo, hoy ellos tienen otra postura y vemos como evolucionan. Con el correr del tiempo sabremos en qué rama se puede especializar cada uno, según sus cualidades”, concluyó el suboficial.
