Se realizó el cierre de Oberá Juega en el Complejo Polideportivo Ian Barney 1. Participaron 15 barrios y 220 chicos en actividades recreativas que promueven la interacción y participación. El programa busca desactivar el impulso competitivo y trata de canalizarlo hacia en mejoramiento personal.
Se realizó esta semana el cierre del Programa Oberá Juega en el Complejo Polideportivo Ian Barney I. Esta actividad municipal desarrolla actividades en los barrios de la ciudad en las que los participantes se integran grupalmente a través del juego.
En principio buscan acercar a los niños al deporte a través de la participación. De esta manera, no se hace hincapié en la competencia, sino en el disfrute del juego y la interacción. Aun así, estas actividades permiten hacer un scouting de talentos en el cual se pueden identificar posibles candidatos para una práctica deportiva más seria. La idea es que no todos necesitan competir, pero quienes tengan el deseo de hacerlo puedan canalizar esta necesidad.
Durante el año se hicieron diferentes actividades en los barrios y cada tres meses se realizaron grandes concentraciones en el complejo con diferentes juegos. En estos encuentros también estaba vigente el espíritu de participación, interacción e integración.
En la jornada del miércoles participaron 15 barrios y aproximadamente 220 chicos, quienes tuvieron estaciones de juegos en un circuito que duró desde las 17 hasta las 19 horas. En diálogo con canal12misiones.com, la directora de Deportes de Oberá, Prof. Marcela Recalde hizo hincapié sobre el espíritu de este programa.
“El programa busca desactivar un poco el impulso de competencia entre pares. No obstante, ese impulso se busca canalizar de manera interna en ellos. De manera que la competencia fuera con uno mismo. Al dejar de enfocar el espíritu de competencia contra otros, ya sea participantes, barrios o colegios, se propician valores como la solidaridad o el beneficio colectivo”, consideró.
Recalde además se refirió a otras virtudes de este programa deportivo. “Oberá Juega propicia que los chicos se apropien de sus espacios en los barrios, que tengan un sentido de pertenencia. También permite que los profesores puedan detectar quiénes de los chicos tienen condiciones para hacer entrenamientos competitivos o federados”
