La artista plástica expresó en las redes que a raíz de algunas medidas que había tomado la actual esposa con empleados cercanos al conductor de PPT tuvo que hacer valer el documental legal que tiene.
En medio de la grave internación de Jorge Lanata, continúa el enfrentamiento entre la familia del periodista y actual su esposa y apoderada, Elba Marcovecchio, quien decidió suspender a dos de los empleados de confianza de Lanata, una medida que en las últimas horas fue revertida por Sara “Kiwi” Stewart Brown, exesposa y madre de su hija Lola.
A través de las redes sociales, la artista plástica confirmó esta mañana que tiene un poder recíproco, firmado por Lanata, que decidió utilizar en estos momentos de tensión. “Decidí usarlo, ejerciendo la facultad de revocar un poder en particular, porque ese poder que revoqué se estaba usando para hacer cosas que Lanata jamás hubiera hecho contra personas a las que nunca hubiera perjudicado. Por lo que lo dejé sin efecto legal. Tengo la certeza que Lanata no estaría de acuerdo en que la gente que lo acompañó fiel y amorosamente por más de 20 años, y que ya son parte de su familia, se queden sin cobrar su sueldo, incluso aunque una ley se lo permita. Lanata no piensa ni actuó jamás de esta forma”, argumentó la exmujer del periodista.
Además, Stewart Brown explicó: “Es un poder recíproco, el más amplio que pueda existir, que incluye la facultad de revocar otros poderes, en especial con cláusula de irrevocabilidad o inextinguibles para el caso de incapacidad o fallecimiento. Así dice expresamente el poder. Nos lo otorgamos mutuamente y lo mantuvimos vigente por la confianza que siempre nos tuvimos y tenemos en la actualidad”.
A través de su cuenta de X, la madre de Lola Lanata también expresó: “Conozco a Lanata desde hace 28 años, pasamos 19 de esos años juntos y construimos una relación de mucho amor, respeto y confianza que se extendió mucho más allá de nuestra separación, acompañando las decisiones de cada uno. Él es un hombre valiente y fiel a sus convicciones, que siempre protegió y defendió a sus hijas, y que no permitiría jamás que alguien les haga daño”.
Finalmente, la artista concluyó: “Teniendo un poder mutuo y sabiendo que él haría lo mismo que yo en una situación como esta, no puedo hacerme la distraída. Me sentí obligada por las circunstancias a intervenir. Lo hice todo en regla, con la intervención de un escribano, e informándose a la justicia de manera inmediata”.
Con información de La Nación