
La llegada de un bebé prematuro cambia totalmente la perspectiva con que veías el mundo hasta ése momento. Principalmente si ese pequeño es el primero. Cada pequeño logro diario es una pequeña victoria y aprendés que tenés una fortaleza que hasta ese momento no sabías. No hay tiempo para llorar, no hay tiempo para sanar las heridas de la cesárea. Tu objetivo es únicamente que llegue el día del alta.
Aly llegó a este mundo loco con 33 semanas. Estaba previsto que nazca el 18 de febrero pero se adelantó a la madrugada del 12 de enero. Después de una cesárea de urgencia dónde el único mensaje que recuerdo es el del pediatra que la iba a recibir: “Vine a informarle que el bebé puede nacer muerto o usted puede morir en el parto, ¿alguna duda?”… Mientras, el papá esperaba afuera sin ningún tipo de información de nada.
Cuando nació no la ví, se la llevaron inmediatamente. Sólo escuché su llanto. La pude ver recién ése día a las 23 de la noche, luego de esperar 20 horas. Éramos primerizos, no entendíamos nada. Me dieron el alta al día siguiente, me fui completamente vacía. Ella quedó.
Sólo podíamos verla una hora a la mañana y una hora a la tarde (no era como hoy que podías quedarte todo el tiempo, al menos en el sanatorio donde nació). Verla ahí en la incubadora, con cablecitos, era difícil, pero ella demostraba una fuerza increíble. Así con cables y todo, se aferraba a la remera del papá. Una semana después, le sacaron la sonda y comenzó a tomar la teta. Estaba con un antifaz por el cual siempre buscaba la forma de espiar cuando le hablábamos.
Estuvo 19 días, los más largos de mi vida, no fueron fáciles. No pasó lo mismo con algunos de sus compañeritos de sala. Aprendimos un montón, sin ningún tipo de información, acompañamiento o contención.
Hoy celebro las tareas de concientización e información que se llevan a cabo, sobre todo para los padres primerizos. También me quedo con el aprendizaje. Estas situaciones te enseñan a valorar cada segundo y que cada pequeño logro es importante. Aly es guerrera desde el primer día y nosotros fuimos sus soldados al pie del cañón. Un trabajo en equipo que continúa día a día.
*Licenciada en Comunicación Social. Periodista de Canal 12 y mamá de Aly.