
La peor noticia para cualquier estructura partidaria es la intervención. Un acto cruento, ajeno a la democracia interna, que cercena voluntades y retrotrae la política a tiempos oscuros. La decisión de intervenir el Partido Justicialista de Misiones es un atropello que despoja de representatividad a los compañeros y pisotea la construcción local que con esfuerzo se viene desarrollando. Es, en términos claros, una avanzada del kirchnerismo porteño contra un justicialismo que decidió construir su propio camino, en Misiones, dentro del Frente Renovador de la Concordia.
A horas de la oficialización de los frentes y alianzas que participarán en las elecciones provinciales del 8 de junio, el PJ tampoco encuentra paz en Misiones. La intervención ordenada por la conducción nacional a cargo de Cristina Fernández de Kirchner se encontró con la resistencia del partido provincial que, alineado con la Renovación Neo, busca frenar este avasallamiento en la Justicia.
Este martes, los interventores Gustavo Arrieta y Máximo Rodríguez llegaron a la sede del partido, en avenida López y Planes 2964, en Posadas, con la resolución de la jueza María Servini que validaba la decisión del Consejo Nacional del PJ. Pero en lugar de tomar el control, se encontraron con un rechazo rotundo. No pudieron ingresar. La militancia les cerró la puerta y les dejó en claro que esta tierra no se rinde ante imposiciones foráneas.
En el PJ misionero, que forma parte del Frente Renovador de la Concordia, el oficialismo provincial que conduce el exgobernador Carlos Rovira considera que esta intervención es un intento de disciplinamiento político. No es más que una maniobra centralista, porteña, que desconoce la realidad de la provincia y busca manejar el partido como si se tratara de una franquicia de Buenos Aires.
En Misiones, el justicialismo ha encontrado su lugar dentro del Frente Renovador, un espacio donde su militancia no solo participa, sino que también protagoniza. Desde allí, lejos de los dictados centralistas, se construyó una alternativa real, plausible y efectiva para el crecimiento de la provincia. El PJ dentro de la Renovación Neo es un PJ aggiornado, más moderno, más representativo. No es casualidad que hoy Misiones tenga un diputado nacional y una legisladora provincial dentro del Frente, llevando adelante los valores y principios de una doctrina con autonomía y sin esperar órdenes desde un escritorio en Capital Federal.
Históricamente, cada intervención significó la muerte política del partido en ese territorio. Y difícilmente esta sea la excepción. Lo que permanece es la doctrina, que sigue viva en cada uno de los compañeros que decidieron trabajar por Misiones y no someterse a la imposición de quienes ven al peronismo solo como una herramienta de control. Este procedimiento, además de retrógrado, aleja a la gente de la política, le quita voz a las bases y genera una estructura artificial que no representa a nadie.
La intervención del PJ misionero es un golpe a la militancia, una traición a la historia del peronismo y un nuevo intento del kirchnerismo, aliado con el oficialismo nacional, de someter provincias a su control absoluto. Pero la historia ha demostrado que los sellos pueden cambiar de dueño, pero la convicción y la voluntad de transformación siguen firmes en quienes nunca abandonaron la causa. Y en Misiones, esa causa se defiende sin patrones ni mandatos impuestos desde afuera.