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Written by 6:58 am Notas de opinión

Volvamos a lo esencial

(*) Por Gilda Pernigotti

Llega fin de año y es momento de balances. Nadie escapa de la balanza imaginaria donde empieza a pesarse lo bueno y lo malo. Como lo popularizó un exgobernador -que quiere regresar- e incluso llegó hasta los memes de WhatsApp: “La cosa no está fácil”. Para muestra basta un botón. La final del mundial fue el mejor ejemplo de la argentinidad: todo cuesta. Mucho. Pero después del sacrificio, incluso con lo justo, llega la recompensa.

Aún así, la cosa sigue sin estar fácil.

“Es la economía, estúpido”, fue la famosa frase salida de la campaña de Bill Clinton que hace referencia a la importancia estratégica que tiene para la vida de las personas. Pero tal vez no todo pasa por ahí. Al menos, hay una parte que depende de cada uno, donde lo público no tiene dominio y es aquí en donde me quiero detener. Ante un contexto complicado, quizá la clave para salir adelante, a nivel emocional, es volver a la esencia. ¿Y dónde encontrarla? ¿Qué es? Ahí ya depende de cada uno.

Para los cristianos, sin dudas es Dios, es vivir en la fe un camino de paz interior. Para los que creen en la familia, es por ahí. Para los que tienen la bendición de ser padres, es volver a conectarnos con esas personas que estamos formando, que necesitan que los miremos más a los ojos y menos a nuestras pantallas. Para los que tienen amigos, es darse ese tiempo tan necesario de risas y reencuentro.

Quizá no es solo la economía. Quizá El Principito tenga razón. “Lo esencial es invisible a los ojos”. La magia del arte nos regala canciones para el recuerdo. La música deleita el alma, y enseña:

Que veas todas las cosas, sobre todo las más importantes.
Pero la cosa es que, paradójicamente no se dejan ver las más grandes o se ven con los ojos cerrados, ¿por eso será que los cerramos cuando besamos, lloramos y soñamos?

Rayden

Hay un chiste de Quino donde Mafalda lee de un libro la frase que dice “la vida comienza a los 40”, entonces desahuciada levanta los ojos al cielo y pregunta “¿para qué cuernos nos hacen venir antes?”. No llegué a los 40. Me cuesta escribir un balance. Temo aconsejar algo que ofenda, o sea ridículo. Desde mi rol de periodista pude conocer distintas historias de vida. Creo que es lo más lindo del oficio. Y el denominador común que encuentro, ante las adversidades de la vida, es que se sale adelante sabiendo distinguir la paja del trigo.

Todos pasamos pruebas difíciles, nadie está exento. La clave está en lo que te impulsa a sobrellevarlas: pareja, familia, hijos, amigos o incluso trabajo. Cada uno encuentra donde puede esa fuerza tan invisible como necesaria para sobrellevar las vicisitudes de la vida. Volvamos a lo esencial. Cerremos los ojos, respiremos profundo y encontremos ese motivo para ser felices. Probablemente esté más cerca de lo que pensamos.

(*) Periodista. Licenciada en Comunicación Social.
Magíster en Políticas Sociales.

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