Pablo Britcha, ingeniero agrónomo y fundador de Agro Advance Technology, ha revolucionado la agricultura con la creación de bioinsumos innovadores. Su empresa, pionera en tratamientos biológicos para semillas, combina química, biotecnología y agronomía, ofreciendo soluciones sostenibles.
La adopción de productos biológicos en la agricultura moderna ha ganado terreno en respuesta a la creciente presión social para reducir el uso de agroquímicos y consumir alimentos más seguros. En este contexto, Pablo Britcha, un ingeniero agrónomo apasionado por la biología desde su infancia, ha sido una figura clave en la innovación de bioinsumos en Argentina.

Britcha, quien comenzó su relación con la biología criando lombrices, fundó en 2012 la empresa Agro Advance Technology. Esta compañía se especializa en tratamientos para semillas de granos finos y gruesos mediante el uso de microorganismos como las bacterias azospirillums y pseudomonas. “Nosotros generamos la conjunción de ambos microorganismos, y eso fue realmente un punch a la tecnología bastante interesante, en un momento muy pujante del agro”, contó a Bichos de Campo.
Gracias a las favorables condiciones internacionales y la calidad de sus productos, la firma creció rápidamente, estableciendo una planta en el Parque Industrial de Pilar en solo cinco años. Desde allí, elaboran y distribuyen productos tanto a nivel nacional como internacional. “Tenemos un laboratorio en el cual trabajamos con toda la normativa, dado que nosotros producimos también para el exterior”, explicó.
Pasión por la sostenibilidad en el agro desde temprana edad
Definiéndose a sí mismo como un “bichólogo”, Britcha ha dedicado su vida a la biología práctica, incluso desde sus años escolares. “Con apenas 11 años hice un curso en la Facultad de Agronomía para profundizar en la temática”, recordó. Su enfoque combina química, biotecnología y agronomía para desarrollar soluciones biológicas que van desde el laboratorio hasta las manos de los productores.
El camino hacia la innovación no ha sido fácil, pero Britcha ha sabido encontrar nichos desatendidos y generar disrupciones en un mercado muy competitivo. “La diferencia está en poder generar innovación”, afirmó. Entre sus logros destaca la creación de un cebo biológico para hormigas, único en Latinoamérica, que utiliza un hongo para controlar plagas en la industria forestal.
Planes a futuro con los bioinsumos
Mirando hacia el futuro, Britcha ve una segunda generación de biotecnología que integrará bioinformática y biomolecular, equiparando la eficiencia de los productos biológicos a los químicos pero con mejor rendimiento y menor impacto ambiental. “Creo que hay un camino enorme. Es una caja de Pandora que estamos recién abriendo”, sostuvo.
También es optimista respecto a la coexistencia de productos biológicos y químicos en la agricultura. “Creo que las tecnologías se van a ir mejorando y de alguna manera se van ir equiparando”, dijo. Incluso vislumbra la posibilidad de desarrollar un biológico capaz de reemplazar al glifosato, un herbicida controvertido pero ampliamente utilizado.
A lo largo de su carrera, ha sido un defensor incansable de los bioinsumos. Ha cofundado la Cámara de Bioinsumos (CABI) y ha sido miembro del comité asesor del gobierno para la promoción de estos productos como política de Estado. “He logrado de alguna manera que se tome en cuenta lo que uno plantea con respecto a los biológicos porque la cuestión es entender que tenemos un gran potencial como país en la generación de productos biológicos para el mundo”, concluyó.
Con informacoión de Bichos de Campo