La Cooperativa Caiyal puso en marcha una nueva planta de elaboración de biofertilizantes. En el lugar fabrican Bokashi, un tipo de abono fermentado. De esta forma se busca remineralizar los suelos.
Con producción de bioinsumos, la Cooperativa Agropecuaria e Industrial Yapeyú Limitada (CAIYaL) de Guaraní potencia su producción. Tras la inauguración de la planta de elaboración de biofertilizantes y abonos orgánicos para la producción yerbatera, la entidad trabaja en el Bokashi, abono fermentado. Este permite abaratar los insumos y mejorar la producción de cultivos, como también regenerar y reestructurar suelos degradados.
Damián Reinero, productor agroecológico, contó a Canal 12 que la cooperativa se destaca en el ámbito. “Trabajamos muy bien. Acá hay muchas capacitaciones y que esto se haga con producción local es importante. Pensamos que es necesario sumarse a los cambios que vienen haciendo productores de hace 20 años”, dijo Reinero.
¿Qué es el Bokashi?
El Bokashi -palabra japonesa que quiere decir abono fermentado- es un producto que implementan desde la cooperativa, es un abono orgánico sólido, resultado de un proceso de fermentación. Acelera la degradación de la materia orgánica y eleva la temperatura. El proceso es más rápido que el compostaje, porque se obtiene el abono entre 12 y 21 días.
Esteban Baigorri, coordinador de Gaia Regenerativa, productora de bioinsumos, contó a Canal 12 que para el abono se usan los desechos de grandes empresas. Está compuesto de siete elementos, la base es el estiércol de gallina. También utilizan la bosta de vaca, oveja o cabra. La meta es elaborar en cantidad para entregar a los productores.
Lo particular del producto es la inoculación de microorganismos nativos, a través de una captura de un hongo blanco que está en los montes. Este se encarga de comer la materia orgánica, entonces “los reproducimos para después implementarlos al suelo“, detalló Baigorri. Además, regeneran y reestructuran suelos degradados. En caso del suelo bueno, “el efecto que producirá es una retroalimentación para cualquier tipo de cultivo”, especificó.
Sobre su aplicación, “se realiza en un lugar donde no llegue la luz del sol. Si bien puede ser al estilo voleo, hay que asegurarse que va a llover de inmediato. La otra forma es tener una cobertura verde o simplemente enterrarlo”, puntualizó el profesional.
“En este momento recomendamos aplicar de una tonelada a una tonelada y media por hectárea, en el caso de que haya suelo bien trabajado. Si de lo contrario está degradado, se aplicarían entre cinco a diez toneladas por hectáreas”.
Esteban Baigorri, referente de Gaia Regenerativa
La Provincia trabaja en el arraigo rural
En la inauguración de la planta, el diputado provincial, Lucas Romero Spinelli, destacó la tarea que realizan los organismos en las chacras misioneras. “Trabajamos para potenciar las chacras y generar arraigo rural, son acciones que hacemos entre todos para seguir creciendo. Es un desafío muy importante enseñar a nuestros jóvenes el camino productivo“, subrayó.
De esta manera, se busca remineralizar los suelos y estimular la actividad biológica, para mejorar paulatinamente sus condiciones físicas. Con la elaboración propia, se reducen los costos de producción de yerba y té, además de los costos fijos de la agroindustria.
Foto principal: Revista Chacra
