Jorge Finke vive y trabaja la tierra en la chacra Los 3 Parrales desde 1989. En el corazón de Misiones cultiva yerba, té, tabaco, vid y stevia. Tiene su propia huerta y cría animales. Además, agrega valor a través de la elaboración de vino dulce. Gracias al multicultivo, el productor de Dos de Mayo cuenta con ingresos durante todo el año.
“En mi vida hice de todo, pero volví a lo mío que es la tierra”, contó Finke a Canal 12. El hombre que hace 33 años se trasladó desde Los Helechos hacia Dos de Mayo, aprendió de su abuelo a trabajar la tierra y aplicó los conocimientos heredados que hoy le permiten llevar adelante el multicultivo estratégico y el autoabastecimiento.
Multicultivo estratégico
La estrategia de cultivo le permite diversificar, según explicó el productor. El multicultivo es un tipo de agricultura que usa cosechas múltiples en el mismo espacio, imitando la diversidad de ecosistemas naturales y evitando cosechas únicas. Incluye la rotación de siembra.
Finke destacó que su forma de cultivo es muy provechosa y rendidora. La comercialización de sus productos le permite contar con ingresos durante todo el año. “En verano, el té da una platita; en invierno, la yerba; entre medio de estos dos cultivos está el tabaco; y entre la producción de té y tabaco está el vino”, detalló.
La huerta y la cría de animales le proveen de alimentos, como la carne y el huevo. También tiene todo el año hortalizas. Así, el autoconsumo consciente y el multicultivo le permiten diversificar y vivir de lo que crece en su chacra.
Producción artesanal de vino misionero
El abuelo de don Finke vino de Italia y trajo en el barco los conocimientos sobre parras y vinos que compartió con su nieto, quien hoy desde la chacra Los 3 parrales produce vinos artesanales. Al principio, comenzó con 200 plantas de vid y actualmente tiene más de 1.500, de cuatro variedades distintas: blanca, rosada, francesa y uva chinche.
Los vinos se venden a otras provincias y en las distintas localidades misioneras. El sabor característico de sus vinos lo otorga la stevia que produce en su chacra. Este es el único cambio que incorporó Finke a la receta aprendida de su abuelo, “es un vino dulce el mío”, dijo.
Durante la floración de las parras, el productor aplica el biofertilizante foliar orgánico. De esta manera, se potencia la producción de vid. “Los racimos salen cargados de frutas, completos”, celebró, y aclaró que los vinos contienen cien por ciento fruta.
Actualmente, Finke vende los vinos a quienes visitan la unidad productiva y a través de pedidos que le hacen de distintos lugares. Así organiza los envíos y logra colocar el 100% de su producción sin salir de la chacra.
