La Experiencia Seda 1 en Sedas Misioneras (SEDAMI) se llevó a cabo como una actividad que comenzó con una bienvenida y un recorrido por la producción primaria de la seda. Luego, los participantes ingresaron al laboratorio, donde aprendieron a clasificar los capullos. Así, vivieron de cerca el proceso de hidratación y devanado, en el que se extraen los finos hilos de seda de cada capullo.
Con paciencia y detalle, cada persona también realizó su propio hilado artesanal, transformando esa hebra inicial en un ovillo único, listo para bordar.
Al mediodía, la Experiencia Seda 1 continuó con una sesión de yoga en el pinal y un almuerzo en pleno entorno natural. Por la tarde, llegó el momento de bordar con el ovillo de seda que cada uno hiló, acompañado de una degustación de té y un bocado dulce.

Al respecto, la diputada provincial Carolina Butvilofsky contó que “vino un gran grupo de mujeres hermosas para ver cómo transformamos el capullo en un hilo de seda”.
El encuentro finalizó con un cierre compartido, lleno de reflexión, inspiración y gratitud.
Cabe recordar que la sericultura es la actividad de criar gusanos que producen capullos, y a partir de ello, obtener seda para fines textiles. En Misiones, la actividad se ve impulsada con cuidados orgánicos y mejoramiento genético único en la región, lo cual brinda una calidad significativa a la seda misionera.