Se estableció en Misiones desde el año 1957. Su meta principal es proporcionar soluciones concretas. La estación cuenta con agencias de extensión en Santo Pipó, Puerto Rico, Eldorado y Bernardo de Irigoyen, entre otras localidades.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en su sede Montecarlo, asiste a las necesidades de productores de distintos puntos de la tierra colorada desde hace años. Su función no es solo acompañar a los trabajadores del rubro, sino generar tecnologías en los grupos de investigación, que luego serán transferidas al sector productivo.
Actualmente, la estación experimental de la localidad cuenta con casi 100 profesionales entre investigadores y extensionistas. Todos ellos distribuidos en áreas de investigación, extensión rural, campos anexos, apoyo administrativo y de mantenimiento a la estructura funcional.
Santo Pipó, Puerto Rico, Eldorado y Bernardo de Irigoyen son algunas de las localidades que dependen del INTA de Montecarlo. El instituto cuenta con agencias de extensión rural en todas ellas. Además, posee oficinas de información técnica, aunque con un rango menor que las anteriores, en Wanda y Andresito.
“Últimamente tenemos muchas demandas respecto a los sistemas agroforestales”, manifestó María Elena Gauchat, directora del INTA.

Décadas de asistencia
La estación experimental de Montecarlo fue elevada a su rango en el año 1989. Sin embargo, Gauchat aseguró que la institución, de basta trayectoria a nivel nacional, está presente en el Alto Paraná desde el año 1959.
“En un principio funcionaba como una agencia de extensión rural, donde se ofrecía una ayuda efectiva a los sistemas productivos de los productores”, destacó la referente.
Hoy en día, el organismo público centra todos sus esfuerzos en desarrollar nuevas capacidades y herramientas para el sector agroindustrial de la provincia. Así también como generar productos y servicios de alto valor agregado para los mercados nacionales e internacionales.