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Written by 1:06 pm Agro y Producción, Nacionales

Las vacas argentinas no contaminan el ambiente, según la Nasa

Un estudio de la agencia espacial publicado en Earth System Science Data confirmó el balance positivo de carbono del país. Se debe a que el rodeo se alimenta mayoritariamente de las pasturas y pastos naturales. En Misiones sobresalen los sistemas silvopastoriles y forestoganaderos.

Argentina es uno de los pocos países del mundo con balance positivo debido a la captura de carbono en las “tierras de pastoreo” (bosques, arbustales, pastizales, etc.) reveló un estudio de la Nasa publicado en Earth System Science Data y dado a conocer por el  Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

Desde el IPCVA se explicó que la ganadería argentina es parte del ecosistema natural y constituyen una de las actividades que lleva al agro argentino a ser un actor esencial en la gestión de la fotosíntesis y la recuperación del dióxido de carbono de la atmósfera en el ciclo natural del carbono.

El proceso se da a través del consumo de las vacas quienes se alimentan mayoritariamente en nuestro país de las pasturas y pastos naturales. Estos recursos forrajeros, han tomado del aire el dióxido de carbono como parte del ecosistema natural a través de la fotosíntesis. Las vacas digieren el carbono del pasto eliminando metano a la atmósfera. Pero el metano que ellas emiten esta “hecho” en base al carbono del pasto que consumieron y su duración es de entre 10 a 12 años en la atmósfera. “Luego de ese tiempo el metano se transforma en agua y dióxido de carbono. El que es absorbido naturalmente a través de la fotosíntesis por las pasturas y pastos naturales. Y es así como el ciclo se repite una y otra vez. Es naturaleza pura”, se aseguró desde el IPCVA.

Argentina, es uno de los países con mayor superficie de pastizales naturales que existen en el planeta tierra. Se encuentra dentro de los cinco países con más disponibilidad de este recurso. El color verde del mapa elaborado con datos de la NASA encaja perfectamente con los sistemas de producción de carne de nuestro país, ya que comparando con otras ganaderías más industriales e intensivas propias como las que tienen lugar en otros países del mundo, nuestras vacas pastan en prácticamente todo el territorio y sus sustentos alimenticios se caracterizan por una baja utilización de insumos, agroquímicos y fertilizantes químicos.

Emisiones y absorciones de dióxido de carbono de 2015 a 2020. Basadas en mediciones del satélite OCO-2 de la NASA

El aporte de Misiones

La ganadería misionera también sobresale en este esquema con la implementación de los sistemas silvopastoriles y forestoganaderos que combinan la pastura, árboles o cultivos y vacas. Prácticas muy utilizada por pequeños y medianos productores que buscan diversificar su producción.

Solo en el caso de los sistemas silvopastoriles (pasto, vaca y árboles implantados) hasta 2009 se revelaron 28.500 hectáreas con estos sistemas de producción (SIPIF, 2009), conteniendo el 10,7% del stock ganadero de la provincia. El objetivo principal del productor es la obtención de madera de calidad en forma conjunta con la cría y engorde de ganado vacuno.

Sobre las mediciones de carbono

Durante años se utilizaron enfoques tradicionales en la medición del dióxido de carbono basado en el recuento y la estimación de la cantidad de dióxido de carbono que se emite en todos los sectores de una economía, como el transporte y la agricultura. Estos permitían evaluar los avances en los esfuerzos de reducción de emisiones. Pero su elaboración deja de lado una parte más que importante de la historia: la incorporación del dióxido de carbono al suelo. Un enfoque descendente en el cual se considera a las diferentes actividades como parte de un ciclo permite diferenciar a las distintas producciones económicas generar inventarios. Es aquí que la ganadería argentina tiene todo por ganar.

El estudio publicado en Earth System Science Data utilizó mediciones realizadas por la misión Orbiting Carbon Observatory-2 (OCO-2) de la NASA ofrece una nueva perspectiva al hacer un seguimiento tanto de las emisiones de combustibles fósiles como de los cambios totales en las “reservas” de carbono de los ecosistemas, incluidos árboles, arbustos y suelos. Los datos son especialmente útiles para seguir las fluctuaciones de dióxido de carbono relacionadas con el cambio de la cubierta terrestre. Aunque la misión OCO-2 no se diseñó específicamente para calcular las emisiones de los distintos países, los resultados de los más de 100 países llegan en un momento oportuno.

El hallazgo es que Argentina es uno de los pocos países que aparece con balance positivo (color verde) debido a la captura de carbono en las “tierras de pastoreo” (bosques, arbustales, pastizales, etc.).

“Esta es una excelente noticia brinda a la cadena de ganados y carnes una herramienta más para defender la idea de que la ganadería tiene un papel preponderante y fundamental en el ciclo natural de la naturaleza y su regeneración”, se señaló desde el IPCVA.

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