En el interior de la provincia cada vez son más los aserraderos que promueven la incorporación del personal femenino en sus establecimientos
Las tareas van desde realizar cortes a desplazamiento de maderas. Graciela Ferreira llegó desde Buenos Aires y por la pandemia se quedó en la tierra colorada, “me gusta mi trabajo, el hecho de que me den una oportunidad de hacerme cargo de cosas es muy importante, conocía algo de madera pero en el aserradero aprendí más cosas”, sostuvo.
“No solo los hombres pueden trabajar en un aserradero, lo importante es el apoyo de los compañeros y de la empresa”, sostuvo Micaela Dulutowsky, operaria del aserradero Kerf Maderas.
Asimismo, la empleada del establecimiento agregó que, “es un trabajo que lo puede hacer cualquier persona pero a veces hay una mentalidad de que las mujeres no lo pueden hacer este laburo, queremos seguir aprendiendo”. Desde el sector remarcan que necesitan aún más mujeres para realizar este trabajo.