Diego Schwartzman cerró su carrera profesional con 32 años en el ATP de Buenos Aires. Su despedida llegó tras una destacada trayectoria que incluyó 251 triunfos, cuatro títulos ATP y una participación en el Torneo de Maestros. Su historia estuvo marcada por la lucha contra los prejuicios y una capacidad de superación inquebrantable.
El Buenos Aires Lawn Tennis Club fue el escenario de su último partido. Tras vencer al chileno Nicolás Jarry en la primera ronda, cayó en octavos de final ante el español Pedro Martínez por 6-2 y 6-2. El resultado quedó en segundo plano ante la ovación ininterrumpida que recibió del público argentino, un homenaje similar al que vivió en 2015 en Roland Garros tras enfrentar a Gael Monfils.

El enorme paso de Diego Schwartzman por el tenis profesional
Schwartzman alcanzó el puesto número 8 del ranking ATP en octubre de 2020, luego de llegar a las semifinales de Roland Garros. Permaneció 30 semanas entre los diez mejores del mundo, venciendo a Rafael Nadal en tierra batida y compitiendo en la Laver Cup junto a leyendas del tenis. Su estilo de juego desafío los estándares del tenis moderno, dominado por jugadores de gran estatura y potente saque.
Desde joven enfrentó dificultades. A los 13 años, un médico le aseguró que no crecería más de 1,70 metros, una altura considerada insuficiente para la élite del tenis. Su madre, Silvana Daiez, siempre creyó en su potencial y lo alentó a esforzarse más que sus compañeros. La crisis económica afectó a su familia, que perdió su estabilidad financiera. Su padre, Ricardo, vendió su auto para costear un viaje a un torneo en Córdoba, un sacrificio que marcó el camino de Schwartzman.
Debutó como profesional en 2010 y ganó su primer partido ATP en 2013 en Viña del Mar. En 2016 obtuvo su primer título en Estambul y, con la guía de Juan Ignacio Chela y Martiniano Orazi, dio un salto de calidad. Su velocidad, devolución precisa y capacidad atlética lo llevaron a competir con los mejores.
En la Copa Davis, Schwartzman tuvo altibajos. Representó a Argentina en 12 series entre 2015 y 2022, con siete triunfos y siete derrotas. Formó parte del equipo que descendió en 2017 tras la histórica conquista de la Ensaladera.
El cambio que dio comienzo al fin
El principio del final llegó en Hamburgo 2022. Tras perder en primera ronda, sintió sensaciones extrañas en su cuerpo. Sus manos temblaban y tuvo calambres. Esa fue la señal de que algo había cambiado. Desde entonces, le costó competir con la misma intensidad y compromiso.
El público argentino le brindó una despedida inolvidable. En el penúltimo punto del partido ante Martínez, el estadio lo ovacionó durante más de un minuto. Con los ojos humedecidos, Schwartzman agradeció el gesto. Luego, con una derecha invertida ganadora, prolongó el encuentro. Finalmente, un golpe largo decretó su última derrota. Martínez cruzó la red para abrazarlo y el Peque dejó la cancha entre lágrimas.
Antes de retirarse, expresó su gratitud. “Nunca tuve un gran saque ni una gran derecha, pero fui feliz jugando así. Me tocó ser un deportista al que le fue muy bien. Trato de dejar la enseñanza de que hay que esforzarse. Espero ayudar al tenis argentino desde otro lugar”. Con esas palabras, Schwartzman cerró un ciclo y dejó un legado de lucha y pasión por el tenis.