El último en Qatar se vivió con ilusión por la final contra Francia. Más de 1500 personas se juntaron en Souq Waqif y se armó una terrible fiesta.
Como había sucedido en la antesala de los seis partidos que ya disputó la Selección argentina en tierras qataríes, los hinchas se reunieron en “Le Pouce”, la escultura con la forma de un pulgar gigante dorado ubicado en Souq Waqif, para realizar el último banderazo antes de la final.
Banderas con los rostros del capitán argentino, Lionel Messi, y de Diego Armando Maradona decoraron el ambiente horas antes del comienzo del acto de cierre de la Copa Mundial.
Entre las alfombras, las telas y los aromas dulzones de las pipas de agua del mercado de Souq Waqif las banderas albicelestes volvieron a flamear en Doha.
El cancionero esta vez mezcló los hits nuevos que se popularizaron en suelo árabe con los viejos temas como el “volveremos, volveremos…” y el “Vamos, vamos, Argentina…”.
Una gigantografía de Messi coqueteaba con una enorme bandera con la imagen de Maradona y la Copa. Otro trapo mostraba el festejo de Leo haciendo el Topo Gigio, al lado de la foto de Juan Roman Riquelme, el creador de esa celebración icónica que se transformó en una manera de respuesta a los cuestionamientos.
Con entradas que pueden conseguirse a un precio de reventa de hasta 6.000 dólares, los aficionados buscan hacerse con los últimos tickets para presenciar el encuentro en el Estadio Lusail, que tiene capacidad para 88.966 personas.
Se estima que más de 35 mil argentinos estarán presentes para alentar al seleccionado nacional, que además tiene el agregado de ser, posiblemente, el último de Messi en un Mundial.
La gente cumplió con el ritual del día previo a cada compromiso mundialista. Otra vez fue furor el calor y el color albiceleste. La fiesta se trasladará este domingo a las tribunas del estadio para que la Selección vuelva a sentirse local en el duelo más importante de todos.
