El enviado especial de Canal 12 se animó a contar el lado B del torneo. Trenes abarrotados y espacios colmados para los turistas. “Hoy sí empezó el verdadero Mundial”, relató.
*Por Emiliano Andreoli.
Parecía que este día no iba a llegar, que todo iba a ser cómodo y que las cuestiones de logística serían soñadas e ideales. No. Definitivamente no será así. Hoy Qatar se dio cuenta de que el Mundial lo va a exigir al máximo. Hoy las puertas del Metro se cerraron mientras había gente en el medio y la desesperación fue parte de la jornada.
Nos vamos empapando de a poco con las conexiones dentro de la capital qatarí. Ya ir de un lado a otro no requiere la asistencia de Maps, por lo menos a los lugares que ya conocemos. Pero hoy anduvimos a los empujones. No sé si Argentina es el único país que usa desodorante, pero estoy seguro que en ciertas partes del mundo no es un elemento de primera necesidad. Hoy lo comprobamos, varias veces.
Volvió a ser un día largo, de esos que marcan el triple de lo habitual en términos de recorrida. Un día en el cual buscamos la nota extrafutbolística, pero también nos dimos algún tiempo para ver la redonda recorrer el fresco césped de Qatar. Adentro del campo parece estar frío, como en cada espacio cerrado del país sede del Mundial.
Hospedajes para fanáticos
En la previa del Mundial se conocieron los alojamientos temporales que estaba armando la FIFA. Conteiners instalados en el desierto, al lado de una estación de Metro que llegó hasta ahí para movilizar a los cientos de miles de fanáticos en la máxima cita.
Free Zone es la estación que nos dejó en la villa donde los conteiners fueron ubicados para servir de alojamiento. No son hoteles, tampoco casas. Son piezas armadas sólo para el Mundial. Y se nota la improvisación en algunas cuestiones. Acondicionadores de aire que no llegan a enfriar el hierro, colchones que son realmente muy finitos, duchas con nula presión y espacios reducidos. Evidentemente la idea no es estar ahí adentro.
Afuera, clima de Mundial. Fútbol que se siente con los fanáticos propios y ajenos. Ya no sorprende ver indios, bengalíes, sauditas y otros foráneos con la camiseta de Argentina o Brasil. Son, definitivamente, las favoritas del Mundial.
El espacio para disfrutar del Mundial está perfecto salvo un pequeño detalle: lo hicieron bajo el sol y sin techo. 40 grados -en ascenso- no parece ser una buena opción para ver un partido. Claro que se las ingeniaron para esconderse del mismo, pero mejor será ir de noche.
Todo por un vaso
“Qatar prohibió a FIFA vender alcohol en los estadios”. Ese fue el título más utilizado en la semana previa al inicio del Mundial. Claro, la marca patrocinadora se las ingenió de igual manera para hacer llegar a sus fanáticos la posibilidad de un presente ‘barato’. Será barato para el resto del mundo, pero hoy pudimos comprobar que en los Fan Fest se vende alcohol. Cerveza como la de nuestro kiosko de la esquina, pero 30 veces (o más) más caras.
50 riyales son 13 dólares. 13 dólares vale cada vaso, con 500ml de cerveza adentro. La cabeza voló rápido: 13 por 300 para no dar tantas vueltas. Dólar Qatar, blue, verde o arcoíris: $3900.
Demasiado. Una locura propia de un país que no quiere que se beba. Pero ¿saben qué? En otros lugares del mundo 13 dólares no significa tanto dinero. Y hoy lo comprobamos con belgas, daneses y japoneses. Atrás de cada vaso que tiraron había un argentino levantándolo del piso.
Miradas incrédulas de los locales ante cada albiceleste que salió del Fan Fest con una montaña de vasos (éste periodista incluido). Claro, es algo raro ver a alguien levantando algo del piso, pero con un buen lavado ese vaso se convierte en un regalo para el viaje de vuelta. Sí, volveremos a ir al Fan Fest. Y volveremos a juntar vasos del piso.
*Enviado especial a Qatar.
