Oscar Martirenez y Ariel Núñez pertenecen al grupo llamado Mountain Bike Tirica y compiten habitualmente a lo largo del año. Aprovechando su condición e impulsados por la fe se dan espacio a visitar la Basílica.
Como en cada comienzo del último mes del año, una gran cantidad de fieles se congregan para celebrar en Itatí, Corrientes, la Inmaculada Concepción de la Virgen María, un momento trascendental para los católicos. Las personas optan por peregrinar en distintos medios de transporte, y uno de los más requeridos, tradicionalmente, es vía terrestre a través de las bicicletas.
Oscar Martirenez y Ariel Núñez, integrantes del Grupo Mountain Bike Tirica, este año, como en tantos otros, se sumaron a la peregrinación. Ambos compiten durante todo el año, lo que les ayuda a llegar bien entrenados a la bicicleteada a Itatí.
Oscar, tiene 53 años, lleva 14 dirigiéndose hacia la ciudad correntina, y fue uno de los que peregrinó con la primera agrupación de ciclistas. “El grupo con el que fui organizó para ir un poco antes, por la cantidad de gente que va y por la organización en su trabajo”, explicó. También hizo mención a la importancia de la fe en este tipo de movilización “como dice Dios, la fe en grupo es mejor, cuanto más grupos somos, es mejor, ya que en la unidad también radica la fuerza”.
El ciclista, además, dio su parecer acerca de la importancia o no de la preparación física, “yo creo que el porcentaje de fe es 100% y muchas veces el entrenamiento es circunstancial”.
Por su parte, Ariel Núñez, de 43 años, irá por séptima vez hacia la Basílica de Itatí y se prepara para partir en la noche de este miércoles. Hizo hincapié en la ventaja que tiene de peregrinar, por el hecho de ser ciclista: “facilita bastante el hecho de competir durante el año para estar bien en esta fecha, en cuanto al pedaleo y la adaptación de la parte física en la bicicleta, entonces es como que ya lo tenemos adquirido”. En lo que refiere al ritmo de traslado, “será muy lento y no a ritmo de carrera”, contó el ciclista.
Después de horas y kilómetros recorridos, los fieles suelen afirmar que es un momento de suma importancia. Acá, no es la excepción, “siempre es emotivo llegar a Itatí, por lo que significa, por la recepción, porque suelen pasar cosas en el camino, obstáculos que pasar y demás, así que la emoción por llegar es tremenda al ver esa Basílica y la gente que te recibe”, explicó Ariel Núñez.
Así como Martirenez, Núñez relativizó la importancia de una buena preparación física para realizar este recorrido, poniendo como factor indispensable a la fe. “Es posible peregrinar a Itatí sin tanta preparación. Hay gente que no se prepara y lo puede hacer igual, otros practican en la peregrinación a Loreto y lo usan como prueba, de hecho se puede llegar con cualquier tipo de bicicleta”.
Desde comienzos de esta semana, cientos de misioneros partieron hacia la ciudad correntina para llegar el 8 de diciembre y celebrar la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
