La cantidad de milímetros caídos y las bajas temperaturas evitan la evaporación del agua. De esta forma favorecen a los cultivos y las pasturas para la ganadería.
Nadie duda que la lluvia beneficia a la producción misionera, teniendo en cuenta que la cantidad de milímetros caídos más las bajas temperaturas evitan la evaporación del agua. De esta forma, se ven favorecidos los distintos cultivos y las pasturas para la ganadería. De lo contrario se generan pérdidas por escurrimiento.
Con respecto a la previsión de lluvias de septiembre, los pronosticos son alentadores: “Si las perspectivas se cumplen caerán alrededor de 170 milímetros, adecuados para todos los cultivos”, expresó el encargado del área Agrometeorología de la Estación Experimental de Cerro Azul, José Ángel Olinuck a LT 17.
Sobre los milimetros necesarios, Olinuck resaltó la importancia de que caiga un gran caudal de agua. “Con una determinada cantidad de milímetros, un suelo tiene la capacidad de absorber, si permanece nublado y con humedad alta, el agua penetra y la evaporación es nula”, contó
En este sentido, expresó que si llueve sólo unas horas y para “se puede perder mucho por escurrimiento y evaporación”.
Por último Olinuck manifestó, en relación a la llegada de la primavera, que “las temperaturas comienzan a subir rápidamente y las plantas demandan más agua”.
M.E.D
