Santino disfruta de la vida junto a su familia en San Vicente, muy consciente de que todo es parte de un milagro. El pequeño nació mientras su mamá estaba en coma y ayudó a que ella se despierte tras meses de internación
Santino Gabriel Bannan tiene cinco años y es consciente de que cada episodio en su vida debe ser celebrado con amor como prueba fiel de que los milagros existen, si se tiene fé.
Nació el 23 de diciembre de 2016 mientras su mamá Amelia estaba en coma. La ayudó a despertar después de varios meses de contacto físico diario en el Hospital Madariaga de Posadas.
La explicación médica aún no se encontró. Lo que sí se halló, es la fé en cada uno de los integrantes de la familia oriunda de San Vicente y San Pedro, que pasan sus días agradeciendo por los avances en la recuperación de Amelia y la vida del niño.
“Santi” como le dicen sus abuelos, tíos y primos es un pequeño al que no le gusta levantarse temprano, por eso sus actividades se desarrollan del mediodía en adelante. Va a salita de cinco en el colegio privado Ceferino Namuncura, de la Capital de la Madera, donde se destaca por su intelecto y predisposición.
Escribe su nombre con crayones, mientras la “mae” le enseña a viva voz pero con mucho amor, “la S con la A, SA”. Él aplaude entusiasmado como señal de festejo por cada avance que hace en su aula.
El fútbol, otra de sus pasiones, lo practica martes y jueves después de salir de la escuela. Entre charla y charla, el entrenador afirma que será el próximo Rodrigo de Paul, si continúa entrenando.
A su mamá y a su tío César, quienes siempre lo acompañan, se les esboza una sonrisa al escuchar al profesor decir eso. Pero él lo confirma nuevamente: “Santino será una leyenda del fútbol si continúa su formación sin interrupción”.
A pesar de que la cuestión aparenta ser muy seria, él disfruta del viento en su rostro mientras corre con sus pares, de los aplausos desde la tribuna de su mamá Amelia y de todos los que buscan formar parte de su vida.
Santino agradece a los que lo ayudaron a “vivir” simplemente creyendo que los milagros existen.
En Misiones, Santino Gabriel Bannan es prueba fiel de que la fé mueve montañas y devuelve vidas.
El accidente
El primero de noviembre de 2016 Amelia Bannan, quien es policía, viajaba desde San Vicente hacia Posadas con otras uniformadas cuando sufrió un grave accidente de tránsito que la dejó en estado comatoso estando embarazada.
El 24 de diciembre de ese año nació Santino mientras ella continuaba en coma. Poco a poco fue reaccionando gracias al contacto diario con su hijo Santino.
S.F
