La yerba mate siempre fue una insignia de Misiones pero en los últimos años, algo cambió. Detrás de los grandes secaderos y cooperativas históricas, empezó a emerger una camada de jóvenes emprendedores que apostaron por un modelo distinto. Chicos formados, con mentalidad empresarial y visión exportadora, que decidieron meter mano en una tradición centenaria para adaptarla al mundo actual. Así nacieron las startups yerbateras.

A diferencia de las grandes marcas que abastecen el mercado masivo, estas nuevas empresas apuntan a públicos específicos. No venden en góndolas de supermercado: venden estilo de vida. Se posicionan en nichos que hasta hace poco ni existían. Yerba mate orgánica, blends con hierbas funcionales, bebidas listas para consumir, envasados premium, productos endulzados con stevia, sin TACC o con certificaciones internacionales. Todo pensado para consumidores exigentes, desde foodies urbanos hasta atletas, pasando por veganos y coleccionistas.
Startups yerbateras: el valor agregado como bandera
La lógica de estas startups es clara: poca escala, mucha identidad. Marcas chicas que controlan cada paso de la producción, desde la planta hasta el packaging, con trazabilidad y foco en la experiencia del consumidor. El diferencial no está en la cantidad, sino en el relato, en la trazabilidad y en la autenticidad. Cada yerba es única, como cada consumidor.

Hay ejemplos en toda la provincia. Desde cooperativas recuperadas que decidieron salir con marca propia, hasta proyectos familiares que combinan tradición y marketing de precisión. Algunos comercializan exclusivamente por redes sociales, otros se aliaron con distribuidores gourmet. Muchos apuntan al exterior, aprovechando tratados bilaterales, canales de e-commerce y el interés creciente por los productos naturales de Estados Unidos y Europa.
Blends estratégicos y foco exportador
Uno de los movimientos más interesantes dentro de estas startups es el desarrollo de blends estratégicos: mezclas de yerba con otras hierbas o frutas deshidratadas, pensadas no sólo por su sabor, sino por su función. Calmantes, energizantes, digestivos, antioxidantes. Hay un trabajo técnico detrás, que combina conocimientos en agronomía, biotecnología y diseño industrial.

La mirada está puesta también en el mundo. Muchos de estos emprendimientos trabajan con asesoramiento en comercio exterior, traducen sus etiquetas al inglés, árabe, francés o alemán y cumplen con estándares sanitarios internacionales. La yerba mate misionera, cuando se trabaja con valor agregado, abre puertas que antes estaban cerradas.