El Teatro Lírico fue el escenario predilecto para el gran espectáculo ejecutado por músicos de la Orquesta de Cámara en el Parque del Conocimiento. Más de 30 artistas subieron al escenario para rendir tributo a uno de los máximos representantes de la música del Litoral.
Se vivió una velada única con Gualambaos Concierto Sinfónico, con un salón repleto por amantes del apreciado artista misionero. Ni más ni menos, la noche estuvo protagonizada por el mismo Ramón Ayala, quién participó desde su domicilio en Buenos Aires, por recomendación médica.
El ministro de Cultura, Joselo Schuap, agradeció el trabajo realizado por las bandas musicales con un concierto que quedará en la historia para siempre: “Todo esto está digitado por él, compuso las obras y dijo cómo quería que suenen”.
Con violines, violonchelos, contrabajos, oboes, timbales, flautas, clarinetes y otros instrumentos, resonaron las paredes de música bajo la dirección del maestro Nicolás Albornoz.
Tras mucha emoción, el público disfrutó del gran homenaje sinfónico que los transportó a toda la belleza de Misiones: a la tierra colorada, a la selva y a las rutas del interior.
Entre algunas menciones de lo que vivió el público, predominó el exquisito trabajo por parte de la orquesta. “Se merece el homenaje por tantas cosas que nos dio”, sentenció uno de los invitados.
La gran noche cerró con mágicas composiciones tales como Corochiré, Panambí Hovy, La voz del monte y Volver en cuento, por citar sólo algunas de las piezas que seleccionó El Mensú. Y se sumó la participación especial del percusionista Cacho Bernal, amigo personal y percusionista histórico del gran artista.
Artista multifacético
“Ramón Ayala es uno de los más grandes representantes que tenemos dentro del arte misionero y también argentino, porque en distintas partes del mundo se escucha su música y nos sentimos muy orgullosos“. La reflexión corresponde a Bernardo Neumann, el artista que dio vida tantas obras que enorgullecen a la provincia.
Es que Ramón Ayala no solo escribió canciones, las cantó e incluso inventó el único ritmo propio que tiene Misiones: el gualambao. El mensú también pintó cuadros en su vida. Y es necesario reivindicar este aspecto de su obra.
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Patrimonio Cultural
La Ley VI Nro. 237 declara Patrimonio Cultural de la Provincia al ritmo del Gualambao, comprendiendo en ella a su música, letra, danza, las artes plásticas y toda otra manifestación artística alusiva. Asimismo, se instituye como Día Provincial del Gualambao el 10 de marzo de cada año, en conmemoración del natalicio de su creador Ramón Ayala. El proyecto de ley había sido presentado en octubre de 2019 por el diputado Carlos Rovira.
Qué tienes mi tierra roja
El gualambao surge de la amalgama de muchos estilos. La música litoraleña forma parte de una extensa región influenciada por la cultura musical de la etnia mbya guaraní, la música paraguaya y la música del sur de Brasil. Dentro de este espacio geográfico, el repertorio musical misionero se encuentran la galopa, el chotis y la polquita rural, ritmos que se instalaron en la Provincia para vivificar la identidad musical, tan fuertemente arraigada en la actualidad, explican desde el Ministerio de Cultura de Misiones.
Estos estilos, a su vez fueron influenciados por la interacción con la tradición de comunidades europeas establecidas en la región.
Todo este contexto musical dio material a uno de los artistas litoraleños más influyentes de la música argentina. Fue creado ante “la necesidad de sintetizar en una sola especie los ritmos regionales de influencia fronteriza, que tanto identifican a nuestra provincia”, dice su creador. Producto de la observación y del asombro, el gualambao se compone de melodía guaraní y ritmo afro, con una única misión: “…vestir la selva, el Iguazú y los duendes de la tierra con un traje excepcional, de amplio espectro”.
