Ya lo anunció Donald Trump en su campaña electoral: uno de los objetivos centrales de su gobierno sería cerrar las fronteras de Estados Unidos y realizar la “mayor deportación” de migrantes de la historia. Apenas una semana después de regresar a la Casa Blanca, el presidente inició deportaciones masivas de migrantes indocumentados. Fotos publicadas por la Casa Blanca muestran a migrantes cuando abordan aviones militares para vuelos de deportación durante el fin de semana.
Entre los casos que más reaccionaron fue Colombia, que enfrentó un impasse inicial cuando Gustavo Petro rechazó recibir dos aviones militares con colombianos deportados, con el argumento de que “los Estados Unidos no pueden tratar como delincuentes a los migrantes colombianos”.
No obstante, el desacuerdo se resolvió tras amenazas de aranceles más altos por parte de Estados Unidos, y la Casa Blanca confirmó que Colombia aceptará “sin restricciones” a los migrantes retornados, incluso en vuelos militares.
México y El Salvador
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum informó que se han recibido 4,094 migrantes deportados entre el 20 y el 26 de enero, la mayoría mexicanos. Sheinbaum señaló que “no ha habido un incremento sustantivo” en las expulsiones, mientras el país refuerza su apoyo a los migrantes con redes consulares y la aplicación ConsulApp, que incluye un botón de alerta para notificar en caso de deportaciones.
Por otro lado, El Salvador avanza en un posible acuerdo de “Tercer país seguro” con Estados Unidos. Algo que permitiría la deportación de migrantes de otras nacionalidades hacia su territorio, donde podrían solicitar asilo. El presidente Nayib Bukele ha mantenido comunicación directa con Trump y ha recibido elogios por su “liderazgo en la región”.

Lula calificó de “inaceptables” las condiciones de las deportaciones de sus ciudadanos
Mientras, en Guatemala, el gobierno implementó un plan para recibir a deportados, que habilitó albergues y programas de reinserción laboral. Desde el 24 de enero, tres vuelos con 265 guatemaltecos retornados han llegado al país, y las autoridades buscan coordinar más acciones para atender sus necesidades.
Brasil, que mantiene acuerdos con Estados Unidos desde 2018 para repatriaciones, denunció el uso de esposas y cadenas en un vuelo reciente con 88 nacionales. El gobierno de Lula da Silva calificó el trato como “inaceptable” y detuvo el vuelo en Manaos. Allí, brindó asistencia a los retornados antes de enviarlos a su destino final en Minas Gerais en otra aeronave.
Con información de la BBC Mundo.