El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, pronunció este jueves un desafiante discurso en defensa de su decisión de decretar la ley marcial. Una medida que fue tomada para, según él, “salvar” la democracia de Corea del Sur. Este discurso, transmitido en vivo desde la oficina presidencial en Seúl, se da en medio de una creciente crisis política que podría culminar en su destitución el próximo sábado 14 de diciembre.
Yoon, quien se enfrenta a una moción parlamentaria que busca su destitución, utilizó su alocución para justificar el estado de excepción declarado el 3 de diciembre. Aseguró que la medida fue necesaria para proteger la democracia liberal de lo que él calificó como una “dictadura parlamentaria” liderada por la oposición. En su discurso, el presidente destacó que la movilización de tropas fue mínima y limitada a cuerpos de élite para garantizar la seguridad del Estado, a pesar de las acusaciones de un supuesto uso excesivo de la fuerza.
Un discurso “extremadamente delirante”
“Estoy dispuesto a enfrentar todas las responsabilidades legales y políticas que se deriven de esta situación”, afirmó Yoon, quien ya está siendo investigado por un posible delito de insurrección. Aunque la oposición lo acusa de intentar sofocar la democracia, el presidente aseguró que su decisión fue “un acto de Gobierno inevitable” y que respetó la Constitución del país. “No estoy obsesionado con cumplir íntegramente mi mandato. Encaro con confianza cualquier intento de destitución o investigaciones criminales”, añadió.
La intervención de Yoon ha intensificado la crisis interna dentro de su propio partido, el Partido del Poder Popular (PPP). Minutos antes del discurso presidencial, el líder del PPP, Han Dong-hoon, expresó su apoyo a la moción de destitución que se votará el sábado, lo que dejó claro el distanciamiento de la cúpula del partido hacia el presidente. Aunque aún son pocos los diputados del PPP que han manifestado su intención de votar a favor de la destitución, la situación parece indicar que un número suficiente de parlamentarios podría respaldar la moción para destituirlo.
Por su parte, la oposición, encabezada por el Partido Democrático (PD), ha intensificado sus esfuerzos para socavar la autoridad del presidente. En paralelo a la moción de destitución, el Parlamento aprobó el jueves iniciativas para inhabilitar al ministro de Justicia, Park Sung-jae, y al jefe de la policía, Cho Ji-ho, por su implicación en la implementación de la ley marcial. Los opositores interpretaron el discurso de Yoon como un acto de desafío, lo calificaron de “extremadamente delirante” y lo acusaron de “declararle la guerra a la gente”.
La crisis política se profundiza en Corea del Sur
La crisis se profundiza aún más con las acusaciones de que Yoon intentó usar la ley marcial para impedir que el Parlamento revocara su decreto. Altos mandos militares han confirmado que se dieron órdenes de desalojar el hemiciclo para evitar que los diputados votaran en contra del estado de excepción. A pesar de estas órdenes, el Parlamento logró mantener su capacidad para votar, lo que ha añadido una capa de controversia a la situación política.
Mientras tanto, el presidente no ha mostrado señales de dimitir. Aunque en días previos había sugerido que estaba dispuesto a entregar su mandato al PPP, en su discurso de este jueves no mencionó ninguna intención de dimisión. En cambio, reiteró su compromiso con el pueblo y la lucha por lo que considera una causa justa. “Lucharé hasta el último momento junto al pueblo”, manifestó al final de su discurso.
Por su parte, Han Dong-hoon, líder del PPP, que previamente había hablado de una salida ordenada que implicaría la dimisión de Yoon, ha cambiado su postura. Ahora, tras un encuentro con el presidente, ha solicitado la convocatoria de un comité de ética para discutir la posibilidad de que Yoon abandone el partido.
Con información de EFE.