La elección en EE.UU. entre Kamala Harris y Donald Trump podría redefinir alianzas globales, influir en conflictos como Ucrania y Medio Oriente, y determinar su en la crisis climática y en el liderazgo humanitario. No obstante, ¿cómo seria el escenario si ganará la presidencia la candidata demócrata?
En el marco de la polarización política que atraviesa Estados Unidos, las próximas elecciones del 5 de noviembre definirán si el país seguirá en la línea trazada por el actual presidente Joe Biden o si dará un giro con el retorno de Donald Trump. Kamala Harris, actual vicepresidenta y candidata demócrata, ha mostrado un enfoque de continuidad, en especial en temas internacionales, lo que podría traer estabilidad en un contexto de tensiones globales. Algo que en contrasta con las políticas de Trump, quien mantiene una postura unilateral y de aislamiento.
Según Rose Gottemoeller, exsecretaria general adjunta de la OTAN, la política garantizaría la estabilidad de la alianza atlántica, un tema crítico para Europa en medio de la guerra en Ucrania. “La OTAN sin duda estará en buenas manos en Washington”, aseguró. Aunque advirtió que la demócrata seguirá la presión a los países europeos para que aumenten sus gastos de defensa, una postura alineada con la administración Biden.
No obstante, la gobernabilidad de la primera mujer presidente en el ámbito internacional dependería del respaldo del Congreso, que podría estar dominado por republicanos menos inclinados a apoyar conflictos externos. Gottemoeller destaca que, con este escenario, podría aumentar la presión sobre Kiev para encontrar una salida a la guerra. Seria un escenario que plantea una posible limitación en el apoyo estadounidense a Ucrania.
Puntos claves del escenario global: Israel, Ucrania, China
La postura de la candidatada demócrata respecto a conflictos en Oriente Medio también se alinea con el enfoque de Biden, según Comfort Ero, presidenta del International Crisis Group. Ya que Harris ha reiterado el respaldo al “derecho a defenderse” de Israel, pero matizó que “hay que dejar de matar a palestinos inocentes”. Es decir, es una línea que busca matizar el apoyo y a la vez responder a las críticas internacionales. Aunque, las críticas apuntan a una pérdida de la autoridad moral de Estados Unidos, debido a la falta de uniformidad en sus políticas hacia conflictos como los de Ucrania y Gaza.

En cuanto a la política comercial y las relaciones con China, Harris se mantendría en una línea de contención, pero sin llegar a las propuestas radicales de Trump, quien ha sugerido imponer aranceles de hasta el 60% a las importaciones chinas. La postura más moderada de la actual vicepresidenta, según experto en China Rana Mitter, es vista por algunos líderes chinos como preferible a las posibles tensiones comerciales de una presidencia republicana, aunque Pekín se muestra escéptico ante cualquier candidato estadounidense.
¿Cómo seria el panorama en políticas ambientales?
La política ambiental es otro eje donde Harris se diferencia marcadamente de Trump. Mary Robinson, expresidenta de Irlanda y líder del grupo The Elders, enfatiza la necesidad de que Estados Unidos mantenga sus compromisos contra el cambio climático. Harris, en línea con Biden, impulsaría políticas de transición energética, mientras que Trump ya expresó su rechazo a las regulaciones ambientales, a las que considera una “estafa”. Robinson advierte que un regreso de Trump significaría la salida del Acuerdo de París, pero destaca que el avance de las políticas climáticas en Estados Unidos tiene un impulso que será difícil de revertir.
Harris continuaría políticas de apoyo humanitario
Finalmente, en el ámbito humanitario, Martin Griffiths, exsubsecretario general de la ONU, indicó que una presidencia de Harris significaría un liderazgo moral necesario en un contexto global de crisis humanitaria. Aseguró que Estados Unidos, como mayor donante de la ONU, debe mostrar “claridad moral inquebrantable” en su ayuda internacional. Ya que durante la administración de Biden, Estados Unidos incrementó su ayuda humanitaria, aunque en varias ocasiones esta fue criticada como insuficiente.
Justamente, Griffiths confía en que la candidata profundice en una política de protección humanitaria. Algo que se contrasta con el enfoque aislacionista del republicano, quien en su primer mandato recortó financiamiento a agencias clave de la ONU. De ganar Harris, su administración representaría una continuación de la política de Biden en la mayoría de los frentes internacionales, con un enfoque en preservar alianzas y promover los valores que Estados Unidos ha defendido en los últimos años.
Con información de BBC Mundo.