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Written by 7:13 pm Internacionales

Se cumplen 34 años de la caída del Muro de Berlín y el fin de una Europa dividida

La noche del 9 de noviembre de 1989 se derribó el Muro de Berlín, símbolo de la Guerra Fría. El paredón, de 50 kilómetros de largo, dividió a Berlín Occidental de la República Democrática Alemana durante 28 años.

El Muro de Berlín dividió la República Democrática Alemana (RDA) y la República Federal de Alemania (RFA). Desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989 este muro se extendió por 50 kilómetros. Es el símbolo más conocido de la Guerra Fría y de la división de Alemania.

El Berliner Mauer, de 4 metros de alto, dividió a toda Europa y fue el símbolo de un mundo bipolar en el que dos potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, eran los polos de influencia.

¿Por qué existía un Muro en el medio de Europa?

Al final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania se rindió ante los Aliados, un grupo de países occidentales, que incluía al Reino Unido, Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética.

El país quedó dividido en cuatro zonas de ocupación, bajo influencia de cada una de esas potencias. Berlín estaba en la zona soviética, pero como era la capital de Alemania se decidió que también se dividiría en cuatro áreas, una controlada por cada uno de los cuatro países.

Al poco tiempo, se evidenció que la Unión Soviética tenía ideas muy diferentes a los demás países -occidentales y capitalistas- acerca de cómo debía funcionar su sección.

Un país, dos facciones

Para 1949, Alemania se convirtió en dos países separados: la República Federal de Alemania –Occidental-, que seguía el modelo capitalista de Reino Unido, Estados Unidos y Francia. Y por otro lado la República Democrática Alemana – Oriental y comunista-, bajo la órbita de la Unión Soviética, con un sistema de partido único y economía planificada.

En Alemania Occidental había mayor libertad de movimiento y la gente podía expresar libremente sus opiniones. En cambio, Alemania Oriental tenía reglas más estrictas sobre cómo debían comportarse las personas y una policía secreta, la Stasi, que supervisaba lo que hacía la población.

Se estima que entre 1949 y 1961, alrededor de 2,7 millones de personas abandonaron la RDA y Berlín Oriental, según la página web oficial del Muro de Berlín. Aproximadamente la mitad de esa corriente migratoria estaba compuesta por gente joven de menos de 25 años.

Franja de la muerte

El muro estaba acompañado de la “franja de la muerte”.  Una fosa alambrada, por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas. Se desconoce el número exacto de personas que fallecieron al intentar traspasar la frontera a través del muro. La Fiscalía de Berlín considera que el saldo fue de más de 200 personas. Además, 33 fallecieron como consecuencia de la detonación de minas. Por su parte el Centro de Estudios Históricos de Potsdam estima en 125 la cifra total de muertos en la zona del muro.

Laa caída del muro de Berlín

Aunque parezca que cayó de un día para otro, la caída del Muro de Berlín significa la finalización de un proceso histórico. Carmen Claudín, investigadora especializada en historia rusa y soviética del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), explicó que en esos momentos existieron vientos de cambios que tenían su origen en Moscú.

“La caída del Muro no hubiera sido posible sin las políticas de Mijaíl Gorbachov en la URSS“, señaló la experta. En marzo 1985, Mijail Gorbachov lanzó un dramático programa de reformas como secretario general del Partido Comunista.

Su política conocida como Glasnost -apertura, transparencia- consistió en eliminar las prácticas de la represión estalinista y darles más libertades a los ciudadanos soviéticos. Estos vieron cómo presos políticos eran liberados y los periódicos publicaban artículos críticos hacia el gobierno.

Estas políticas se dejaron sentir no solo en la URSS, sino también en algunos de los países satélites de la Unión Soviética en Europa. En junio de 1989, en Polonia el movimiento sindical no comunista Solidaridad de Lech Valesa logró que se celebraran las primeras elecciones parcialmente libres en décadas.

El 9 de octubre, una multitud sin precedentes -de 70.000 personas- se manifestó pacíficamente en el centro de Leipzig, exigían libertad. Por primera vez se atrevieron a pasar por la temida sede de la Stasi al canto de “¡Wir sind das Volk!”, -¡Somos el pueblo!-.

Una semana después, más de 100.000 personas colmaron de nuevo el centro de Leipzig y las protestas pronto se extendieron por toda Alemania Oriental. Como parte de estas protestas, los alemanes del Este comenzaron a exigir que se les permitiera cruzar a Alemania Occidental y para el gobierno comunista fue cada vez más difícil detener esos llamados.

El 9 de noviembre, el anuncio de un alto funcionario de Alemania Oriental precipitó la caída del Muro. Miles de personas cruzaron a Alemania Occidental, algunas por primera vez en sus vidas, lo que provocó la rápida caída del muro.

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