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Written by 9:59 am Policiales

El rol clave de la Policía Científica para esclarecer el femicidio de Horacelia

La provincia cuenta con una unidad especializada que opera en la sede central en Posadas. La investigación y las pruebas aportadas fueron de vital importancia para el esclarecimiento de unos de los crímenes más escalofriantes en la tierra colorada.

Tres gotas de sangre en un lugar impecable y recién pintado llamaron la atención de Juan Carlos Vázquez, director de la Policía Científica de Misiones, cuando ingresó a la casa de Martín Monzón y Horacelia Marasca (16), en agosto de 2015. Hasta ese momento, el caso se investigaba como desaparición de persona.

Ese detalle observado por Vázquez fue el disparador para avanzar con más pruebas que ayudarían a esclarecer uno de los homicidios que más conmocionó a la provincia. Tras la sentencia, que se conoció el viernes pasado, el titular de la Policía Científica dialogó con Canal 12 y brindó detalles sobre cómo aportaron las pruebas necesarias para detener a Monzón y que la justicia lo condenara. 

“Al hacer la inspección ocular e ingresar a la vivienda observamos que hubo una limpieza generalizada y que había sido pintada recientemente. Nos llamó la atención ese espacio físico bien limpio y ordenado, por eso hicimos hincapié en la observación minuciosa y exhaustiva del lugar, donde encontramos tres pequeñas gotas de color escarlata de forma ovalada en el marco de la puerta”, relató Vázquez, sobre el procedimiento que realizó para determinar donde ocurrió el femicidio de Horacelia.

Paso a paso 
El hecho ocurrió en la madrugada del 16 de agosto de 2015, después de que Martín Monzón y su pareja, Horacelia Marasca, mantuvieron una fuerte discusión en su vivienda ubicada en la chacra 150 de Villa Cabello. La adolescente, que entonces tenía 16 años, fue brutalmente asesinada de tres puñaladas. Luego, las partes de su cuerpo fueron descartadas en varias bolsas de consorcio por el desagüe que desemboca en el arroyo Mártires.

Tras deshacerse de las bolsas que contenían los restos de su pareja, Monzón fue a la Comisaría Séptima para hacer una denuncia. En su exposición dijo que la joven había abandonado la casa y lo dejó solo al cuidado de su hijo.

“Al hacer la inspección ocular e ingresar a la vivienda observamos que hubo una limpieza generalizada y que había sido pintada recientemente. Nos llamó la atención ese espacio físico bien limpio y ordenado”.

Juan Carlos Vázquez – Dir. Policía Científica

A raíz de esa denuncia, el juez de Instrucción N°6, Ricardo Balor, ordenó a la Policía intervenir el inmueble donde se realizó una rápida requisa. Los efectivos fueron recibidos por Monzón, quién se mostró de acuerdo en que se realice la constatación en la casa, porque –según aseguró- no había ningún elemento que lo vincule sobre un hecho delictivo. 

Durante la inspección ocular, en la vivienda, los efectivos observaron que hubo una limpieza generalizada y que había sido pintada hace poco tiempo. Los investigadores encontraron tres gotas de color escarlata en el marco de la puerta. Estimaron que podría ser de sangre. Por ello, solicitaron a la bioquímica de turno que levantara la muestra para determinar si era mancha de sangre humana. Más tarde, el resultado de la profesional confirmó que se trataba de sangre humana.

“Al encontrar esta mancha de sangre, le sugerimos al doctor Valor que preserve el lugar para hacer una segunda inspección ocular a través del luminol. Queríamos registrar muestras de sangre ya limpiadas en la zona”, detalló Vázquez, sobre cómo se levantan las pruebas en una escena del crimen. 

Al día siguiente, integrantes de la policía científica volvieron al domicilio y realizaron el relevamiento. A través de la prueba de luminol se revelaron manchas de quimioluminiscencia. Esto indicaba la probable presencia de sangre. Entonces, al realizar los estudios pertinentes se confirmó la sospecha.

Con estas pruebas se originó la investigación bien detallada. En consecuencia, la Dirección Homicidio determinó que había una vinculación entre la declaración testimonial de los vecinos y la prueba recabada por los investigadores. De esta manera, ambos elementos dieron fuerza a la investigación, que más tarde permitió localizar los restos de Horacelia.


Aporte de la ciencia para esclarecer crímenes 
La Policía de Misiones cuenta con la Dirección General de Policía Científica, que opera en la sede central en Posadas. A su vez, cuentan con divisiones en distintas unidades regionales en toda la provincia. Está compuesta por un licenciado en criminalística y auxiliares encargados de asistir, que son del campo médico, bioquímico, planimetría, fotografía y otras áreas. Trabajan directamente con las pruebas iniciales (que levantan en el lugar del hecho), que son analizadas en el laboratorio.

“Avanzamos en el tema de las nuevas técnicas de investigación de ADN por contacto. Podemos buscar indicios de muestra genética en la piel, ropa o en cualquier elemento que el sujeto haya tocado o manipulado y gracias a ello, nosotros podemos identificar al autor de un hecho” explicó Vázquez, Director de la Policía Científica. 

La unidad se centra en dos pilares fundamentales: precisión en la resolución de casos (a partir de la implementación de tecnología y conocimientos técnicos) y llevar un servicio de primer nivel a todo el territorio provincial.


Prisión perpetua 
El viernes pasado, el Tribunal Penal 2 de Posadas declaró a Martín Monzón autor del femicidio de Horacelia Marasca (16), con quien tuvo un hijo que solo tenía meses al momento del crimen. Por lo que Monzón (39) pasará, al menos, los próximos 50 años en prisión tras recibir la pena máxima. 

El Tribunal, conformado por los magistrados César Antonio Yaya, Gregorio Busse y Fernando Verón, dio lugar a la solicitud de prisión perpetua que hizo el fiscal Vladimir Glinka. La carátula, que recayó sobre el femicida, fue de homicidio agravado por el vínculo y por alevosía.

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