Autores de la tierra colorada ahora forman parte de uno de los mayores centros de difusión del conocimiento en la antigüedad. El Parque del Conocimiento y la entidad cultural trabajan en un convenio de cooperación. Las obras literarias destacan la historia y cultura misionera.
En su participación en la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) desarrollada en Egipto, la delegación misionera visitó la Biblioteca de Alejandría y, de la mano de la Editorial de las Misiones del Parque del Conocimiento y su presidente, Claudia Gauto, entregó cinco libros de autores misioneros.
Entre las obras que se expondrán en la más rica biblioteca de la historia figuran “Misiones y sus pueblos de guaraníes” de Guillermo Furlong; “Ay’hu raity: Nido de Letras”, primer libro bilingüe y en Mbyá Guaraní de la editorial; y el “Diccionario de Escritores Misioneros” de la Biblioteca Pública de las Misiones.
Posicionar a la provincia como pulmón verde, fuente de cultura milenaria y centro de conocimiento, son pilares de la política exterior provincial. Recibidos por Heba El Rafey, Directora de la Oficina de Asuntos Internacionales, comenzaron las charlas para firmar un Convenio de Transferencia de Conocimiento y Tecnología entre la Biblioteca de Alejandría y el Parque del Conocimiento de Misiones, tarea encomendada por el presidente de la Cámara de Representantes, Ing. Carlos Rovira, a la delegación de Misiones en la COP27.
El origen del mayor panteón del mundo conocido
Alejandría es quizá la más afamada entre las bibliotecas de la antigüedad. Su historia empezó cuando Alejandro Magno fundó la ciudad de Alejandría, en Egipto, alrededor del año 300 a.C. Luego de su muerte, los ptolomeos adquirieron el control sobre ese territorio.
Los rollos de la biblioteca principal totalizaban 490.000 y los de la biblioteca filial
42.800. Pero distintos hechos, entre guerras e incendios, afectaron la biblioteca con el pasar de los años.
Después de casi 1600 años, la comunidad internacional, por medio de la Unesco, dio el primer paso para reparar el desastre y financió el Proyecto de reconstrucción de la antigua biblioteca de Alejandría. Luego de grandes esfuerzos, la biblioteca más grande de la región renació el 16 de octubre de 2002. Tiene capacidad para ocho millones de libros, seis bibliotecas especializadas, tres museos, siete centros de investigación, dos exhibiciones permanentes, seis galerías de arte, un planetario, y un centro de conferencias. Actualmente alberga a miles de usuarios que acceden a información en casi todos los tipos de soportes y está ubicada en el mismo suelo por el que transitaron los grandes pensadores de la antigüedad.
