De acuerdo a un estudio de universidades chilenas, el almidón resistente (AR) presenta múltiples beneficios. Entre ellos, mejora la microbiota intestinal, regula el metabolismo de glucosa y lípidos, y ayuda a controlar el apetito y la ingesta calórica.
Según un estudio realizado por nutricionistas de la Universidad Mayor de Santiago, la Universidad San Sebastián, la Universidad Autónoma de Chile y la Universidad Tecnológica de Chile, el almidón resistente (AR) cuenta con diversos beneficiospara la salud. Este tipo de almidón, que resiste la digestión en el intestino delgado y llega intacto al colon, se encuentra de manera natural en cereales, legumbres, tubérculos y diversas formas procesadas en la industria alimentaria. El AR no solo mejora las características tecnológicas de los alimentos, sino que también ofrece notables beneficios fisiológicos.
Uno de los principales beneficios es su efecto positivo en la salud de la microbiota intestinal. Cuando llega al colon, es fermentado por la microbiota, lo que genera ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como el butirato, que es fundamental para la salud intestinal. Estos AGCC ayudan a mantener la integridad de la barrera epitelial y actúan como protectores contra el daño del ADN.
Además, este almidón puede actuar como un prebiótico, ya que estimula el crecimiento de microorganismos beneficiosos y regula la composición de la microbiota intestinal.
El almidón ayuda a generar una sensación de saciedad
En términos de saciedad, el AR ha demostrado ser eficaz en la reducción del apetito y la ingesta calórica. Su consumo puede retrasar el vaciamiento gástrico y mantener niveles de glucosa en sangre más estables, lo que contribuye a una mayor sensación de plenitud tras las comidas.
Además, otros estudios han mostrado que la incorporación de almidón resistente en la dieta puede reducir el consumo de energía en las horas siguientes a la comida, gracias a su capacidad para formar soluciones viscosas en el intestino que afectan la digestión y la absorción de nutrientes.
Igualmente, el AR también ha sido asociado con la regulación del metabolismo de la glucosa y los lípidos. Su consumo puede mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir los niveles de glucosa e insulina en sangre, lo cual es beneficioso para el control del azúcar en sangre y la prevención de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2.
Una opción para reducir la ingesta calórica
Además de estos beneficios, el AR tiene un poder energético inferior comparado con el almidón completamente digerible. Es decir, esto lo convierte en una excelente opción para reducir la ingesta calórica sin sacrificar el valor nutricional de los alimentos.
Su capacidad para mantener características deseables en productos horneados y procesados lo hace valioso en la industria alimentaria. Algo que mejora la textura y la estabilidad de diversos productos mientras se contribuye a una dieta más saludable.
En síntesis, estas investigaciones remarcan que el potencial del AR en la promoción de la salud es amplio y multifacético, desde el apoyo a la microbiota intestinal hasta la regulación de la glucosa y el control del peso corporal. Por esto, su inclusión en alimentos y dietas, podría beneficiar el manejo de enfermedades crónicas y el bienestar general.
