Es uno de los cánceres de piel más peligrosos. El diagnóstico temprano aumenta la posibilidad de curarlo. La regla del ABCDE para detectarlo y cómo hacerlo en casa.
Hoy, como cada 23 de mayo, se conmemora el Día Mundial del Melanoma. Es uno de los tipos de cáncer de piel, no el más común, pero sí el más agresivo. De allí surge la importancia de realizarse controles periódicos con un profesional de la dermatología.
Los tumores del melanoma se originan a partir de células llamadas melanocitos, encargadas de darle color a la piel. Según explicó la dra. Rosana Yaluk, dermatóloga, el tumor puede aparecer sobre lunares y también sobre piel aparentemente sana. “En un 60% se genera sobre piel y en 40% sobre lunares que ya estaban”, sostuvo en diálogo con Canal 12.
Como la piel es el órgano más visible, también es el que recibe mayor exposición a la radiación ultravioleta. Este es uno de los principales factores de riesgo para padecer melanoma y no solo incluyen al sol, sino también a las fuentes artificiales, como por ejemplo las camas solares.
La regla de oro
Si es detectado a tiempo, aumentan las probabilidades de curación. Sin embargo, si no se le da tratamiento adecuado, este se expandirá hacia otras partes del cuerpo. El tiempo de evolución es imprevisible: puede desarrollarse de forma paulatina o a gran velocidad.
Los especialistas aseguran que la regla del ABCDE resulta de gran eficacia para ayudar a la población a orientarse respecto a las señales de esta enfermedad. Se trata de una sigla que sirve para alertar a las personas.
La lesión es…
-Asimétrica
-Bordes irregulares
-Color irregular
-Diámetro en aumento
-Evolución rápida
Quienes tienen mayor riesgo de padecer un melanoma son las personas muy blancas de piel, que siempre se enrojecen al sol y que nunca se broncean. También aquellas con gran número de lunares, quienes presentan lunares atípicos y familiares directos de personas que han padecido la enfermedad.
Dos instancias de control
El diagnóstico temprano es fundamental para la efectividad del tratamiento. A las personas sin antecedentes familiares de melanoma ni con factores de riesgo se les recomienda realizar dos instancias de control.
La primera es el autoexamen. Consiste en la revisión de toda la superficie cutánea, realizada por el propio paciente. Se recomienda hacerlo cada dos o tres meses, con ayuda de espejos o de alguna persona de confianza para aquellas regiones de difícil acceso.
Este procedimiento ayuda a que el paciente conozca su propia piel, pudiendo descubrir lesiones o cambios en aquellas que ya conocía. De encontrar algo sospechoso, acudirá a un profesional médico especializado.
La segunda instancia de control es la cita periódica en consultorio. Se recomienda acudir a un dermatólogo o dermatóloga especializados en control de lunares y con experiencia en dermatoscopia. De esta forma habrá mayores certezas de diagnóstico ante lesiones malignas.
¿Cómo puedo prevenirlo?
-Evitar exponerte al sol entre las 10 y las 16.
-Protegete bajo la sombra.
-Cubrite con ropas, sombreros y anteojos de sol.
-Los colores oscuros y las telas de trama cerrada impiden mayor paso de rayos UV. En verano se recomienda el uso de colores claros y prendas holgadas.
-Utilizá protector solar de más de 30 FPS (Factor de Protección Solar).
-Protegé especialmente a los niños del sol. Los bebés menores de 1 año deben evitar completamente la exposición.
