Mensualmente, más de 800 consultas oftalmológicas son atendidas en el Hospital de Pediatría “Dr. Fernando Barreyro”, con una población de pcientes que abarca desde bebés de tres meses hasta adolescentes de 14 años.. Las más frecuentes son por miopía, conjuntivitis, traumatismos oculares, miasis y vicios refractivos como hipermetropía y astigmatismo.

El equipo profesioal está compuesto por María Fernanda Corsi, Teresa Peñalva y la enfermera Norma Lencina.
Desde el área manifestaron que entre las 800 consultas oftalmológicas mensuales promedio las más frecuentes están relacionadas con la baja visión, principalmente por vicios refractivos. La miopía se manifiesta como dificultad para ver de lejos; la hipermetropía produce problemas para ver de cerca y también de lejos; y el astigmatismo genera una falta de enfoque, lo que ocasiona visión borrosa.
En este contexto, las médicas explicaron que estos conceptos se les enseñan también a los padres durante las consultas oftalmológicas para que comprendan el origen del problema visual. Actualmente la miopía es la causa más habitual de dificultad visual en niños.
Consultas oftalmológicas para el ingreso escolar
Por otra parte, remarcaron que muchos padres y docentes detectan dificultades visuales cuando los niños comienzan la escuela o jardín. En algunos casos, los chicos no pueden expresar que no ven bien, pero muestran señales como parpadeo constante, frotado de ojos o dificultades para concentrarse en clase. Estas conductas pueden estar asociadas a un problema visual.
“La mayoría de los niños pequeños no expresa si ve mal, pero los oftalmólogos podemos detectar problemas a través de exámenes como el fondo de ojo con dilatación pupilar. Muchas veces, los papás o las maestras notan que el niño se distrae, entrecierra los ojos para ver bien, tiene dolores de cabeza constante, no obedece o se levanta constantemente en clase, entre otros signos. Es posible que en realidad se trate de una dificultad visual no diagnosticada. Por ejemplo, los niños con miopía suelen ser tranquilos y prefieren actividades cercanas porque no ven bien de lejos. En cambio, los hipermétropes son más inquietos porque tienen dificultades tanto de cerca como de lejos”, sostuvieron las oftalmólogas.
También advirtieron sobre el impacto del uso excesivo de pantallas en niños miopes. Si bien las pantallas no generan miopía por sí solas, pueden favorecer su progresión.
“La pantalla no genera por sí sola miopía, pero sí la potencia. Es decir que el uso excesivo de pantallas en niños miopes, aumenta progresivamente la miopía. No se recomienda más de una hora diaria en niños mayores de dos años. En bebés, directamente se desaconseja. El tiempo frente a pantallas debe reducirse, y es clave promover juegos al aire libre para cuidar la salud visual”, manifestó Corsi.
Asimismo, las médicas recordaron que las consultas oftalmológicas deben comenzar desde los primeros meses de vida. El examen con dilatación pupilar debe realizarse al nacer, a los seis meses, al año, a los tres y a los cinco años. Luego, se aconsejan chequeos cada dos años. Ante golpes, conjuntivitis o cualquier signo que pueda afectar la visión, aconsejan una consulta inmediata con los profesionales.
Recomendaciones
Según la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil, es fundamental realizar controles oftalmológicos en los niños con dilatación pupilar en distintas etapas del crecimiento. Estos exámenes deben efectuarse al momento del nacimiento, a los seis meses, al año, a los tres años y a los cinco años. A partir de esa edad, se recomienda continuar con controles cada dos años.
De igual forma, se enfatiza la importancia de realizar una consulta inmediata en caso de detectar una pupila blanca o si el bebé desvía los ojos, ya que estos signos pueden indicar alteraciones que requieren atención médica oportuna.
En relación con la miopía infantil, la Sociedad sostiene que su prevención debe ser un compromiso colectivo. Para ello, aconseja aumentar las actividades diurnas al aire libre, con un mínimo de dos horas por día. Esta práctica contribuye significativamente a la salud visual de los niños.
Al mismo tiempo, se sugiere reducir el tiempo de exposición a pantallas y disminuir la realización de tareas que implican visión cercana. A estas medidas deben sumarse los controles oftalmológicos periódicos y una alimentación saludable, ya que prevenir y tratar la miopía mejora la calidad de vida de los niños.
Por otro lado, la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil advierte sobre el uso de pantallas y dispositivos electrónicos en las primeras etapas del desarrollo. En los niños de hasta dos años, se recomienda evitar completamente el uso de pantallas.
Entre los dos y los cinco años, se sugiere limitar su uso a una hora diaria. A partir de los seis años, es necesario establecer límites claros de exposición. El uso excesivo de estos dispositivos puede ocasionar daños oculares, como el ojo seco, provocado por la disminución en la frecuencia y calidad del parpadeo.
Además, el uso prolongado de la visión cercana podría favorecer el desarrollo de miopías, especialmente en aquellos niños con predisposición. También se indican distancias sugeridas para el uso de dispositivos: treinta centímetros para celulares, cuarenta para tablets y cincuenta para computadoras. Frente a estos riesgos, se insiste en reducir el tiempo frente a pantallas y fomentar las actividades al aire libre como estrategia preventiva.
Fuente: El Territorio