El dengue, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, representa una amenaza para la salud, pero se puede prevenir con acciones sencillas en el hogar. El mosquito que transmite el dengue, así como otras enfermedades como el Zika, Chikungunya y la Fiebre Amarilla, se reproduce en agua estancada. Por ello, eliminar los criaderos potenciales de este insecto es esencial para evitar su reproducción.
Debe tenerse en cuenta que el mosquito vector solamente deposita sus huevos en recipientes artificiales construidos por el hombre, y prácticamente nunca en charcos, lagunas, acequias, ni aguas servidas.

Para combatir el mosquito vector, es crucial realizar una descacharrización en todas las áreas de la vivienda. Esto implica la eliminación de objetos que puedan acumular agua, como botellas, cubiertas, tarros o envases vacíos en patios, jardines y veredas. También se deben inspeccionar los interiores de la vivienda, prestando atención a depósitos de agua como tambores, baldes o floreros. En estos casos, se recomienda reemplazar el agua de los floreros por productos alternativos como geles o arena húmeda, y limpiar regularmente los bebederos de animales.
En el exterior, es fundamental mantener las canaletas limpias y asegurarse de que los tanques de agua estén correctamente tapados. Además, los terrenos cercanos deben ser inspeccionados para evitar la acumulación de objetos que puedan servir como criaderos. En caso de no poder eliminarlos, es necesario destruirlos.
La eliminación de estos potenciales criaderos del mosquito Aedes aegypti, sumada al mantenimiento de jardines desmalezados y la correcta limpieza de piscinas, constituye la mejor estrategia para reducir los riesgos de un brote de dengue en zonas urbanas. Tomar estas medidas preventivas contribuye significativamente a la protección de la comunidad frente a esta enfermedad.