La emblemática Bajada Vieja de Posadas volvió a ser lugar de encuentro para rendir homenaje al Mensú. A un año de su fallecimiento, familiares, amigos, vecinos y autoridades provinciales se reunieron para recordar a Ramón Ayala. La actividad se desarrolló desde las 1 h en el icónico lugar, donde además hubo muestras artísticas y musicales. Participaron el intentende Leonardo “Lalo” Stelatto y el secretario de Cultura Joselo Schuap, entre otros.
Fotos: prensa Municipalidad de Posadas.
La propuesta contó con presentaciones destacadas. Inicialmente, el Ballet Oficial del Festival del Litoral y el Ballet de la Escuela de Danzas de la Provincia rindieron homenaje al cantautor. De forma continua, el cantante Pato García interpretó la inolvidable canción Posadeña linda, y la artista Lin Sista ofreció un recitado estilo rapero que fusionó tradición con modernidad.
Con una propuesta emotiva, misioneros recordaron al músico, quien marcó un antes y un después en la cultura de región y el mundo. El homenaje se desarrolló en la Bajada Vieja, uno de los rincones valorados por el artista en una de sus emblemáticas canciones.

Sobre Ramón Ayala
Su nombre real era Ramón Gumercindo Cidade y sus oficios múltiples: compositor, intérprete, guitarrista, pintor, narrador de historias; todos ejercidos sin detenerse en la barrera de la exageración. Su acta de nacimiento está fechada el 10 de marzo de 1927, en Garupá y fue el mayor de cinco hermanos.

Músico intuitivo y genial, se atribuye ser el creador de un ritmo, el gualambao, y es el compositor de canciones de envidiable belleza, a la vez portadoras de una voz de denuncia social: El jangadero, El mensú, El cosechero, Canto al Río Uruguay, entre tantas.
Más allá de los datos biográficos duros sobresalen al menos dos méritos: en un ambiente folclórico en el que irrumpieron en un momento Los Chalchaleros, Los Fronterizos, y tantas formaciones copiadas en espejo hasta el hartazgo, Ayala trabajó en otra línea, más cuidadosa. Así como en Salta y Tucumán se levantaron Eduardo Falú o el Dúo Salteño, en el litoral, Ayala, forjó su propia tradición.
Su recorrido fue emparentado, por su forma solista, su inclinación por la canción social y su proximidad con la naturaleza, con la figura de Atahualpa Yupanqui. Más allá de gustos, Ramón Ayala resiste esa comparación.
Fallecimiento
El misionero Ramón Ayala, creador original, exuberante y plebeyo, referencia por excelencia de la música litoraleña y ejemplo de una forma de acercamiento del hecho artístico inasible para los medios de comunicación, falleció el 7 de diciembre a los 96 años en la Ciudad de Buenos Aires.

Ayala murió en el Sanatorio Güemes. Estuvo internado y en delicado estado por más de 10 días a causa del agravamiento de un cuadro de neumonía.
Hoy, los misioneros rememoraron al cantor, quien dejó su huella en la provincia y transmitió la esencia misionera al mundo. Con canciones, poesías o cuadros, Ramón Ayala supo ser un emblema para quien conoció un poco de su arte.
Foto de portada: Sixto Fariña