Desfiló el sábado 4, por la noche. Fue construida por colonos de San Isidro, que por primera vez participaron de los carnavales locales. Con alegría y entusiasmo, el público cantó y bailó.
Mauricio Igoa, oriundo de Concepción de la Sierra, tuvo la iniciativa de sumar una carroza ecológica a la edición 2023 de los carnavales. Es uno de los fundadores de la comparsa Maringá, que año a año se mide con Bahiana y juntos reparten alegría por las calles del pueblo.
“Como yo tengo una chacra en la colonia, se me ocurrió incluir algo de ahí. Los colonos siempre van a mirar el carnaval y disfrutan del espectáculo, pero nunca tienen una participación en el desfile”, relató Igoa a El Doce.
El objetivo del comparsero era lograr la inclusión, así como también incentivar la creatividad en la comunidad. Las intenciones estaban, “hacer que la gente se involucre fue lo más complicado”, expresó. A la vez, la propuesta era evitar cualquier gasto, es decir confeccionar una carroza a partir de la reutilización de materiales.
De esta manera, Mauricio se fijó en la naturaleza. Grandes hojas de pindó, yatai, palmeras y tacuaras formaron parte del decorado principal de este carro ecológico. Fueron sujetas a la estructura del acoplado con materiales reciclables. Recibieron el toque final con pintura y luces navideñas.
“Hicimos algo novedoso e interesante, directo de San Isidro. Las colonias nunca antes participaron de los carnavales. Fue una murga para divertirse y sin ánimos de competir con nadie”, aseguró.
Una vez terminada, la bautizaron Fofoka, que en portugués quiere decir chismosa. La simpática carroza salió a las calles de Concepción de la Sierra y, tras su paso por el corsódromo, recibió cientos de aplausos. La gente bailó y cantó al ritmo de la música, celebraron la fiesta de la murga. ¿Se presentarán de nuevo en 2024? Esperamos que sí!