MamaKilla se llama el proyecto de cosmética de Luján Perazzo. Incluye el cultivo de plantas medicinales, cosecha, secado, maceración en aceites y alcoholes.
Luján Perazzo es oriunda de Buenos Aires. Hace algunos años eligió Aristóbulo del Valle como su hogar. A fin de reflejar su amor por la naturaleza, la joven inició un emprendimiento de cosmética natural que fusiona el cuidado corporal con las plantas medicinales. Mamakilla surgió como una forma de conectar el cuerpo y el ambiente en un mismo elemento.
“Soy una apasionada por la tierra y todo lo que ella puede darnos: su medicina, su alimento, el silencio, la leña para hacer un fuego y alrededor de él encontrarnos”, dijo a canal12misiones.com Perazzo. Criarse en un entorno de edificios y cemento generó en la emprendedora un amor ostensible por las plantas. “En un momento sentí la necesidad de conocer otras formas de vida posibles”, explicó al recordar como llegó a la tierra colorada.
En ese momento, Perazzo sintió la necesidad de conectar con la tierra. “Comencé a estudiar sobre plantas, sus propiedades y el cuidado del cuerpo desde ese lugar. Así fundé MamaKilla”, señaló la joven. El emprendimiento unifica el interés de Perazzo por crear, comunicar y sanar a través de la conexión con el entorno.

“MamaKilla es una creación que me permitió dedicarme muchas horas al estudio y experimentación de preparados para cuidar nuestra piel”, detalló Perazzo. Hoy, el emprendimiento incluye el cultivo de plantas medicinales, cosecha, secado, maceración en aceites y alcoholes. Además, combina mantecas, ceras y aceites esenciales.
Preparación de productos
Sobre la preparación de los productos, Perazzo indicó que los realiza desde cero. “En mi huerta trabajo la tierra. Un poco para mi alimento, para mi medicina y también para MamaKilla. Es casi como mi forma de vida porque siempre hay algo en mi día a atravesado por la labor de mi emprendimiento“, explicó Perazza.
En cuanto al impulso de crear sus propios cosméticos, Perazza comentó: “Comencé a observar otros productos que ponía en mi piel, a leer etiquetas, a investigar y resulta que la industria cosmética está llena de químicos que nos hacen muy mal a la salud”. Así fue que decidió armar su propio set de cosmética, higiene personal natural. Como funcionó muy bien, inició la producción para la venta.

Respecto a la cosecha, la joven detalló que busca hierbas que no se encuentren contaminadas por agroquímicos. “Muchas veces, se usan esos productos en los cultivos o en zonas aledañas, entonces cuido que sea una producción orgánica”, aclaró.
En cuanto en los beneficios, la emprendedora explicó que sus cosméticos no tienen ningún ingrediente que afecte de forma negativa las hormonas, el sistema nervioso o las células de la piel. Además, los productos cumplen el efecto deseado, ya sea un desodorante o una pasta dental. “Traen los aromas y la energía de la naturaleza que es lo más puro que podemos pedir para nuestro cuerpo“, agregó.
Mantener vivo el saber popular
Para el packashing utiliza productos reutilizables. También realiza un etiquetado manual, en papel que no contamina y hasta puede compostarse. “Sería mucho más simple para mi imprimir una calcomanía y pegarla en el frasco, pero elijo una opción que sea lo menos contaminante, dentro de mis posibilidades”, explicó Perazza.

Para cerrar, la emprendedora manifestó que lleva adelante la actividad con pasión. “Agradezco mucho esta posibilidad de recuperar saberes ancestrales, compartir recetas con abuelas, amigas. También probar, aprender y mantener vivo este saber popular que está ahí al alcance de la mano“, cerró.
Con colaboración de Carolina Hobus